5 cambios en tu estilo de vida para mejorar tu salud física y mental

Los hábitos (buenos o malos) son acciones rutinarias que se realizan de manera automática o inconsciente debido a la repetición constante diaria. Los hábitos saludables son las actividades que ayudan a mejorar tu estilo de vida, siendo incluso las acciones que no impactan directamente con la salud, pero que contribuyen a mantener un bienestar general. Por otro lado, los hábitos malos o no saludables son las actividades que son perjudiciales para la salud y traen consigo resultados negativos en las personas.

«Es posible cambiar un hábito no saludable por uno saludable, pero se debe empezar de a pocos porque al realizar cambios de manera abrupta estos pueden traer resultados solo a corto plazo y poco duraderos. Inicialmente, se puede sustituir un hábito a la vez y, además, visualizar lo que se logrará al eliminar un mal hábito será de gran motivación. Asimismo, adoptar hábitos saludables lo pueden proteger de problemas de salud graves como enfermedades cardiacas, obesidad y muchas otras dolencias», señala la Dra. Juana Abán Flores, especialista en Medicina Humana de la Universidad Norbert Wiener.

Por ello, la especialista comparte cinco consejos para tomar la decisión de iniciar con hábitos saludables que te ayudarán a cambiar y mejorar tu estilo de vida y así lograr una mejor salud integral:

Dormir bien: El descanso nocturno genera una fase de regeneración al sistema inmunitario muy importante que permite luchar contra las toxinas y gérmenes que continuamente amenazan a la salud física. Además, el sueño disminuye el estrés y reduce la depresión, otorgando una buena salud mental y emocional.

Alimentarnos adecuadamente: Incorporar frutas, verduras, cereales integrales y productos lácteos bajos en grasa en la dieta diaria ayuda en la digestión, evita el estreñimiento y permite mantener un estilo de vida más saludable. Es recomendable establecer un horario fijo para comer porque hacerlo a deshoras produce un bajo rendimiento físico y mental.

Realizar actividad física: Practicar diariamente actividad física, ya sea una caminata de 30 minutos o subir las escaleras por períodos largos, ayuda a reducir el riesgo de sufrir de hipertensión, accidentes cerebro vasculares, obesidad y diabetes. Asimismo, favorece la calidad del sueño y brinda un mejor descanso.

Evitar la dependencia tecnológica: Disminuir el interés por las actividades físicas puede contribuir al sedentarismo, factor predisponente a la obesidad y el desarrollo de enfermedades crónicas, también puede contribuir a problemas oculares y el estrés debido a la saturación de información en redes sociales.

Dedicar tiempo a uno mismo y a la familia: Tener tiempo de calidad con las personas que queremos ayuda a uno mismo a sentirse motivado, porque el apoyo y el aliento de la familia y amigos hace más fácil el camino en la adopción de nuevos hábitos a largo plazo, por lo que el entorno familiar y amical es vital para la salud mental.

Adicionalmente, la especialista de la Universidad Norbert Wiener menciona que alimentarse inadecuadamente, el exceso de azúcar en las comidas, el consumo de las bebidas alcohólicas, la comida chatarra y el consumo del tabaco, en exceso, generan grandes males a largo plazo como problemas digestivos y pulmonares, así como enfermedades renales, fatiga y debilidad. La salud mental también sufre ciertos cambios como la baja autoestima y el mal humor.

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