Ansiedad y depresión influyen en compras compulsivas por Navidad
Llegó la temporada navideña y con ella, la larga lista de regalos para la familia. La intensidad de las campañas publicitarias, lideradas por las compras online, dado su facilidad de acceso y bajo costo, así como la oferta de las tiendas por departamento, incentivan a las compras compulsivas, muchas veces sin considerar la utilidad ni la capacidad de pago, señaló Diana Díaz Moreno, profesora de Psicología de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH).
«En las compras compulsivas existe la necesidad de satisfacer algo que no está siendo llenado a nivel psicológico, tanto individual o social en la vida del consumidor. Hay muchos factores que contribuyen a generar esta conducta, pero particularmente la ansiedad y la depresión pueden ser determinantes, además de, el impulso de consumo social que generan estas épocas de festividad».
Diana Díaz Moreno resaltó que a pesar de que son conscientes de las consecuencias que pueda traer la compra, los consumidores no se pueden detener, justamente por un tema de falta de autocontrol y gestión de emociones, como si de alguna manera las personas se encontraran bloqueadas. Es como si se tratara de llenar justamente un vacío emocional, sustituyéndolo a través de estas compras.
«Lo principal a trabajar es la autogestión emocional. Una mirada introspectiva a las emociones es clave para conocer qué tratamos de suplir al comprar compulsivamente. Esto crece si existe ansiedad, depresión y el contexto de presión social que generan estas épocas, para que, de esa manera, no busquemos llenarlo con objetos que no se necesitan, pues al final eso crea una adicción», remarcó la especialista de la UPCH.
Importante es resaltar que muy pocos han aprendido a manejar las fuerzas que existen dentro de sí mismos, porque no lo enseñan en el colegio ni en las universidades, ni tampoco hay exámenes que pasar sobre la autogestión emocional. No obstante, nunca es demasiado tarde. El autoconocimiento y la gestión de las propias emociones sin duda conduce a un cambio positivo.
«Si la casa está ordenada, se podrá identificar si se está comprando demás, así como qué está faltando o sobrando. Lo recomendable es comprar con responsabilidad y análisis crítico. Por ejemplo, si se compra comida en casa, se debe hacer en función a cuantas personas son y cuántos alimentos aún quedan. Existen valoraciones sociales al respecto de la abundancia y la felicidad, aunque en muchas ocasiones sobre la comida, se continúa con la exageración del consumo, principalmente en las festividades, y es una valoración cultural para cuestionarnos, sobre todo en un país donde la pobreza es extrema».
La especialista de la UPCH mencionó que el avance del internet y las redes sociales han modificado las costumbres de los consumidores, los cuales crean deseos que propician más compras compulsivas. Para evitar estas compras sin control, se puede realizar un listado de cosas que se necesitan para solo enfocarse en ellas, evitar dejarse llevar por las ofertas, no utilizar las tarjetas como medida de entretenimiento, no guardar los datos de las tarjetas de crédito, preguntarse si ¿realmente lo necesito o puedo vivir sin ese producto? y, sobre todo, tratar de pagar en efectivo.
Cabe precisar que el comercio electrónico en el país creció en los últimos años. Se estima que el 23% de los peruanos son compradores digitales recurrentes y que 26%, experimentó alguna operación en línea, según la Cámara de Comercio de Lima. A ello también se le debería sumar la facilidad de las compras con servicio delivery.