Conoce las diferencias entre un pollo fresco y congelado

Según la Asociación Peruana de Avicultura, al año se destinan más de 158 millones de pollos para la preparación del pollo a la brasa, lo que equivale al 20% de producción anual en el sector avícola.

Y en el marco del Día del Pollo a la Brasa, a celebrarse este tercer domingo de julio, y donde miles de personas consumirán este delicioso platillo, surge una duda frecuente, ¿cómo reconocer si estamos consumiendo un pollo fresco o congelado?

En ese sentido, Greace Advíncula, chef corporativa del Restaurante La Leña, señala: Los pollos del día o pollos frescos con los que trabajamos diariamente. Se distinguen no solo por su sabor, sino también porque son más jugosos y crujientes, teniendo una calidad superior a un pollo congelado. Sumado a ello, la cocción a leña lo hace más nutritivo, pues la absorción de grasa bajo este fuego es mayor.

Además, nos brinda tips de cómo reconocer un pollo fresco de uno congelado:

TEXTURA: A la hora de consumir un plato de pollo a la brasa nos daremos cuenta que es fresco cuando éste tenga una textura jugosa y ligera, no esté opaco y la piel no se deshaga, sino todo lo contrario, esté crocante. Además, debemos considerar los cambios en el color, pues cuando un pollo ha sido congelado pueden aparecer marcas de quemadura por el frío.

COLOR DEL HUESO: Este es uno de los indicadores más resaltantes y por el cual reconoceremos si es un pollo fresco o congelado. Los congelados tendrán el hueso de color negro o morado, esto indicará que hubo una refrigeración previa, en cambio si el hueso está limpio en color blanco sin ninguna mancha, significa que es un pollo fresco.

OLOR: Por lo general al consumir el pollo nos percataremos del aroma que éste desprende, aunque a veces suele ser difícil pues se combina con los condimentos que cubren el olor, el pollo que ha sido congelado por mucho tiempo suele tener un olor como a huevo podrido o sulfuro a diferencia de un pollo fresco con cocción 100% a leña, pues tendrá un aroma de ahumado a leño con un sabor único y especial.

BENEFICIOS DE CONSUMIR UN POLLO A LA BRASA/FRESCO:

BAJO EN GRASA: La mayor parte de grasa corporal del pollo se encuentra en la piel, por ello al retirarla se reduce el consumo de grasa. Esto hace que la carne sea de fácil digestión y pueda ser consumida por personas de todas las edades.

NUTRITIVO: Sabemos que el pollo es una buena fuente de proteína, lípidos y rico en fósforo, mineral esencial que nutre a los dientes y huesos. Además, ayuda a reforzar el sistema inmune.

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