Vinos para brindar este fin de año

Cuando llega diciembre, muchas mesas chilenas vuelven a encontrarse con vinos del Valle del Maipo, parte habitual de celebraciones familiares, cenas de fin de año y encuentros entre amigos.

Son vinos que acompañan rituales cotidianos y que, por su historia y estilo, se han instalado como clásicos de la temporada.

Entre esas propuestas destacan dos líneas tradicionales que han sabido mantenerse vigentes a lo largo del tiempo. La línea Antiguas Reservas de Cousiño Macul, de carácter más estructurado, se reconoce por vinos con identidad definida y perfiles claros según su cepa. Hay opciones más intensas para carnes y platos contundentes, como el Cabernet Sauvignon, otras más suaves y especiadas como el Carmenere, y alternativas redondas y amables como el Merlot, ideales para pastas o aves. En blancos, el Chardonnay aporta frescor y complejidad, pensado para aperitivos y preparaciones livianas.

Por su parte, la línea Don Matías de Cousiño Macul ofrece un estilo más directo y expresivo, pensado para compartir sin demasiadas formalidades.

Son vinos versátiles, fáciles de disfrutar, que se adaptan bien a las comidas típicas de fin de año: carnes, pastas, preparaciones especiadas o tablas para picar. Dentro de la línea conviven tintos de perfil clásico con opciones más vibrantes, como el Syrah, que suma notas especiadas y carácter.

En tiempos de balance y encuentros, elegir un vino con historia y origen es también una forma de conectar con el territorio. Porque cuando un vino acompaña momentos importantes, deja de ser solo una botella más y pasa a formar parte del recuerdo compartido.

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