¿Tu hijo está creciendo con normalidad?: 4 mitos sobre su desarrollo
El crecimiento es el aumento imperceptible y gradual del tamaño del organismo de un ser vivo hasta alcanzar la etapa adulta y, en el caso de los humanos, comprende desde el nacimiento hasta que se produce la madurez ósea, algo que sucede sobre los 15 años de edad en niñas y los 17 años en niños.
Según el portal especializado en crecimiento infantil creciendobien.com el patrón de crecimiento puede verse afectado por enfermedades, situaciones anómalas o características individuales como el sexo, el potencial genético o el ritmo madurativo. Los niños y niñas crecen y maduran de forma diferente. Estos factores, así como el desarrollo y crecimiento, son monitorizados por los profesionales sanitarios en las revisiones de salud de los niños y ante una sospecha de alteraciones en el desarrollo es preciso acudir al pediatra para valoración facultativa.
Hay varios mitos sobre el crecimiento, por lo que en el presente artículo el portal aclara algunas ideas muy difundidas y que influyen de alguna manera en nuestro pensar para el desarrollo de nuestros hijos.
1. Los niños crecen más en verano
Si bien pasar 20 minutos bajo el sol con la protección necesaria ayuda a obtener la vitamina D que nuestro cuerpo necesita, la radiación solar no determina la estatura. Si ello fuese cierto, las personas de los países tropicales serían los más altos y los nórdicos presentarían una talla baja, y no es así.
2. La alimentación influye en la talla de un niño
Una alimentación equilibrada y saludable es fundamental para el correcto funcionamiento de nuestros sistemas, aprovechando así su máximo potencial. Ningún extremo es favorable, pues un estado de desnutrición mantenida en el tiempo comprometerá la talla del niño. Por el contrario, un sobrepeso o una obesidad mantenida pueden inducir una pubertad precoz en niños y niñas que, al desarrollarse antes de lo que les corresponde, perderán unos centímetros de su talla esperada.
3. El dolor de huesos significa que está creciendo
No hay evidencia científica de que crecer duele. Se considera que la causa de los llamados ‘dolores de crecimiento’ es el dolor muscular debido al uso excesivo del sistema musculoesquelético con actividades habituales en el día a día de los niños.
4. Después de la fiebre, el niño pega un estirón
Eso podría no ser del todo falso, ya que el sueño y el descanso son factores importantes en el desarrollo y crecimiento; por otro lado, la fiebre estimula la hormona del crecimiento. Ambos aspectos podrían confirmar el mito. No olvidemos que ante una sospecha de alteraciones en el desarrollo es preciso acudir al pediatra para valoración facultativa.
Para conocer más sobre el correcto desarrollo de los niños, ingresa a creciendobien.com, un espacio promovido por Merck Perú donde las personas podrán calcular en qué percentil de crecimiento se encuentra el menor e identificar si hay algún retraso del mismo. Además, podrán encontrar información de valor como recomendaciones, una zona de expertos y absolver las dudas.