¿Tienes el perfil para invertir en acciones?

Un concepto importante para determinar en qué clase de activos podemos invertir, es el perfil de riesgo del inversionista, que no es otra cosa que definir, en base a algunas características propias de cada persona, el nivel de riesgo que el inversionista está dispuesto a asumir para lograr sus objetivos de retorno. Es probable que la tolerancia al riesgo varíe en las diferentes etapas de vida.

Otros factores importantes al momento de definir el perfil de riesgo del inversionista son el horizonte de inversión y las necesidades de liquidez. Un horizonte de inversión de largo plazo otorga el espacio suficiente al inversionista para invertir en activos más volátiles y riesgosos, pero con mayor potencial de apreciación, como las acciones, por ejemplo. Por otro lado, si un inversionista necesita liquidez en el corto plazo, instrumentos de renta fija o de mercado de dinero serían los más adecuados.

Históricamente, las acciones siguen siendo la mejor inversión financiera a largo plazo a nivel mundial, por delante de los bonos y las notas del Tesoro.

La renta variable ha superado a las letras del tesoro en un 4,4% anual y a los bonos en un 3,1% anual. Si bien es cierto que muchos consideran que los bonos son la respuesta para invertir de forma segura y sin sobresaltos, la falta de volatilidad no es sinónimo de un menor riesgo.

La renta variable, entonces, está dirigida para inversionistas que son capaces de afrontar mayores riesgos, con el objetivo de poder tentar mayores ganancias.

El no considerar esta clase de activos dentro del portafolio de inversiones, podría significar dejar rentabilidad sobre la mesa y estar sub-invertido. Considerar un porcentaje de acciones dentro del portafolio total, así sea un porcentaje pequeño, es recomendado para agregar valor al todo.

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