¿Sabes cómo proteger la estructura de tu edificio?

Con la próxima llegada de las temperaturas frías y la alta humedad característica de las costas del Perú, las estructuras de edificios y departamentos comienzan a evidenciar señales que no deberían pasar desapercibidas. Realizar un mantenimiento oportuno no solo preserva la integridad de las construcciones, sino que también puede evitar reparaciones costosas en el futuro.

La prevención y detección temprana de problemas estructurales resultan fundamentales para garantizar la seguridad de nuestros hogares. Lo que hoy puede ser una pequeña grieta o una leve filtración, sin la atención adecuada, mañana podría convertirse en un daño mayor que comprometa la integridad del edificio y genere gastos extraordinarios que podrían haberse evitado con simples inspecciones rutinarias.

Por ello, Carlos Marquez, Jefe de Nuevas Soluciones para Pavimentos y Obras Hidráulicas en Cementos Pacasmayo, comparte cinco señales de alerta que no debes ignorar para mantener tu departamento en óptimas condiciones:

1. Grietas reveladoras: Las fisuras en paredes o techos son las primeras alarmas de posibles problemas estructurales. En edificaciones antiguas, estas grietas no deben pasarse por alto. Evita sobrecargar esas áreas con muebles o electrodomésticos pesados, ya que podrías agravar la situación. Lo más recomendable es consultar a un especialista para determinar si se trata de daños superficiales o de una advertencia de fallas estructurales más graves, si las grietas presentes se observan en paredes o muros y están inclinadas, la consulta al especialista debe ser urgente.

2. La frecuente humedad: La humedad en la ciudad de Lima puede alcanzar niveles de hasta 100% en invierno, según SENAMHI, lo que representa una amenaza constante a la infraestructura. Una pequeña filtración puede evolucionar rápidamente a la aparición de moho, poniendo en riesgo tanto la estructura de una casa o negocio, como la salud de los residentes. Revisa con frecuencia esquinas, techos y zonas cercanas a tuberías para detectar signos de humedad a tiempo. La humedad en paredes o techos puede parecer normal; sin embargo, la presencia de agua en la estructura podría estar deteriorando aceleradamente algunos elementos importantes que pudieran comprometer la integridad de la vivienda.

3. Instalaciones eléctricas comprometidas: Los cortocircuitos o las luces parpadeantes que saltan frecuentemente pueden indicar problemas en el sistema eléctrico de las casas o los departamentos y, por ende, del edificio. Estos fallos no solo representan un riesgo de incendio, sino que también pueden dañar los electrodomésticos y otros equipos electrónicos. Una inspección periódica por un electricista certificado es esencial para garantizar la seguridad. Los cables deben tener el calibre adecuado y se debe evitar la sobrecarga de circuitos. Asimismo, es clave mantener los cableados dentro de tuberías y evitar hacer empalmes sin la autorización o supervisión de un especialista.

4. Deterioro en áreas comunes: El desgaste acelerado en pasillos, escaleras o lobby puede revelar problemas estructurales más profundos en el edificio. Manchas persistentes en techos de áreas comunes, mayólicas sueltas o pisos hundidos son indicadores de posibles filtraciones o asentamientos que requieren atención inmediata. Estos espacios compartidos también forman parte de tu inversión, y mantenerlos en buen estado protege el valor de tu propiedad.

5. Vibraciones y ruidos estructurales anormales: Si percibes vibraciones inusuales o escuchas crujidos en la estructura cuando hay viento fuerte o tránsito pesado cercano, podría indicar problemas en los cimientos del edificio. Estos sonidos no deben normalizarse y merecen una evaluación profesional, especialmente en zonas sísmicas. La integridad estructural es vital para la seguridad de todos los habitantes.

En edificios multifamiliares, el mantenimiento preventivo constituye una responsabilidad colectiva que beneficia a todos los propietarios. La detección temprana de problemas estructurales no solo preserva el valor de las propiedades individuales, sino que evita reparaciones mayores y contribuye a la seguridad común. Establecer protocolos de inspección periódica, fomentar una cultura de prevención entre los vecinos y actuar con anticipación son decisiones que protegen el inmueble en el largo plazo.

Al final del día, cuidar la estructura del edificio es mucho más que cuidar una inversión: es proteger el hogar de quienes lo habitan.

Artículos relacionados

Back to top button