Recomendaciones para promover una crianza positiva
De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Salud Mental, durante la pandemia niños, niñas y adolescentes de Lima Metropolitana sufrieron maltrato físico por parte de sus cuidadores. Entre las cifras se encuentran que el 60,3% fueron niños de 6 a 11 años quienes se vieron afectados, 44,4% en edades de 1,5 a 5 años y el 59,3% fueron los adolescentes.
Analizando esta situación, es importante generar e incentivar un estilo de crianza desde el respeto y el amor hacia nuestros hijos. Comprender mejor lo que necesitan los más pequeños. Esto es posible desde una crianza positiva, indica Jimena Alemán, Coordinadora de Formación de Crecemos con Amor, iniciativa en coalición con Enseña Perú.
«Promover un ambiente sano para que los niños y niñas tengan un adecuado desarrollo se logra gracias a la crianza positiva», destaca la especialista. La crianza positiva se basa en el amor y en el respeto, en la empatía y el cuidado, estar disponibles y atentos a las necesidades de los hijos. Buscar impulsar una crianza y educación basada en una comunicación asertiva, respetando y otorgando a los niños y niñas paz, dignidad, tolerancia, libertad, igualdad y solidaridad, agrega.
Por ello, sentir que padres y madres están acompañando en la educación de los hijos genera, además de seguridad en el niño, una buena autoestima y motivación; al mismo tiempo que se construyen nuevos espacios para compartir en familia. En ese sentido, la especialista da a conocer algunas recomendaciones para promover una crianza positiva en este regreso a las aulas:
Generar espacios de diálogo y de comunicación: Cuando regresa del colegio, es importante preguntarle cómo le fue, qué cosas le gustaron o disgustaron de todo su día, escuchando activamente sus experiencias, validando además sus emociones y pensamientos.
Respetar los tiempos y procesos individuales: Es importante acompañar el proceso de aprendizaje en el que nuestro hijo/hija se encuentra. No todos aprendemos de la misma manera, y por ende, es necesario respetar los tiempos, conocer cómo uno aprende, qué necesita para aprender y brindar esas herramientas para un mejor desempeño académico.
Cuidar nuestras expectativas: A veces como padres y madres queremos lo mejor para nuestros hijos e hijas, que alcancen diversas metas y se involucren en diferentes actividades. Es importante conversar con ellas y ellos para conocer qué tareas disfrutan más, cómo se sienten haciéndolas, y descubrir sus gustos e intereses para desde ahí ayudar a potenciarlos.
Poner reglas y límites sanos: Conversar sobre las normas del hogar, el tiempo dedicado a las tareas y a las actividades, escuchando también sus opiniones y estableciendo límites desde el respeto y el amor. Es importante darles a conocer por qué se deben esos límites y reconocer también sus emociones.
Buscar espacios también para el ocio y el juego: Llegar a acuerdos que permitan encontrar un balance entre las tareas y el juego. Recordando que el juego es también una gran oportunidad para desarrollar el aprendizaje y fomentar los lazos de conexión con nuestros hijos e hijas.