¿Qué tipos de facturas son más demandadas?

El factoring sigue ganando terreno como alternativa clave para las empresas, especialmente las pequeñas y medianas. Esta herramienta permite obtener liquidez inmediata mediante la cesión de facturas por cobrar, sin necesidad de asumir nuevas deudas.

El monto movilizado por esta modalidad creció de S/ 629 millones en 2016 a S/ 43,069 millones al cierre del 2024, según Cavali. Solo en el primer trimestre de 2025, el volumen transaccionado fue de S/ 11,890 millones, lo que representa un incremento del 21% respecto al mismo período del año anterior.

Sin embargo, no todas las facturas tienen la misma aceptación en el mercado. Existen características que las hacen más o menos atractivas para las entidades que las compran.

"El crecimiento del factoring en Perú viene acompañado de una mayor sofisticación en la evaluación de riesgo. En Liquidez, buscamos operaciones bien estructuradas, con pagadores solventes, sectores diversificados y trazabilidad electrónica. Esto exige que las empresas vean sus cuentas por cobrar no solo como parte de su contabilidad, sino como activos financieros estratégicos. El factoring ya no es una solución táctica, sino una herramienta clave de gestión financiera moderna", señala Martín Santa María, gerente general de Liquidez Capital Perú.

¿Qué tipos de facturas se venden en el mercado de factoring?

El gerente general de Liquidez Capital Perú señala que actualmente existen al menos cinco tipos de facturas que concentran la mayor demanda en el mercado:

1. Facturas emitidas a empresas grandes o con buena reputación crediticia. En estos casos, los deudores suelen ser empresas del rubro minero, construcción, telecomunicaciones o retail, que suelen ser bien evaluados en el sistema financiero moderno. Esto se debe a que la operación de factoring no depende del historial crediticio del emisor de la factura (la pyme), sino del pagador.

2. Facturas de sectores estables y con bajo riesgo de interrupción de pagos. Sectores como construcción, agroindustria, manufactura y comercio concentran una parte importante del volumen de operaciones en el mercado de factoring. Esto se debe a que suelen contar con contratos formales, clientes solventes y flujos de pago más predecibles, lo que reduce el nivel de riesgo.

3. Facturas electrónicas, registradas y aceptadas en plataformas oficiales. El mercado valora especialmente las facturas electrónicas que han sido registradas y validadas a través de sistemas oficiales. Esto permite a las entidades de factoring verificar rápidamente el estado de la factura, su conformidad y fecha de vencimiento, reduciendo así el riesgo de disputa o impago.

4. Facturas con plazos y montos definidos. Las facturas que tienen vencimientos programados, generalmente entre 30 y 90 días, y montos específicos son especialmente atractivas para las entidades de factoring. Estos documentos ofrecen mayor previsibilidad en el flujo de pago y permiten proyectar con mayor precisión la rentabilidad de la operación.

5. Facturas sin observaciones ni disputas. Para que una factura sea factorizada, es fundamental que haya sido aceptada formalmente por el cliente (deudor) y que no tenga observaciones, reclamos o impugnaciones pendientes de ningún tipo.

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