¿Qué prácticas ecoamigables puedo incluir en mi rutina?

En el mes de junio se celebra el Día Mundial del Medioambiente.

Esta fecha fue designada por El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) para promover la conciencia ambiental y fomentar medidas a favor del medio ambiente. Por esta razón, estas semanas ofrecen el espacio ideal para que se comparta todo tipo de información sobre cómo podemos contribuir a la lucha contra el cambio climático.

Tomando en consideración esta premisa, especialistas en Creación de Valor Compartido de Nestlé Perú listan una serie de hábitos responsables para sumar esfuerzos a esta causa y, además, ofrecen recomendaciones para ponerlos en práctica desde casa.

1. Aprender a reciclar. Aunque es una práctica clásica, no todos conocen cuáles son los pasos básicos e importantes para que forme parte de nuestra rutina y estilo de vida.

Para reciclar en casa debemos empezar dedicando un espacio en casa en donde se puedan separar, de forma correcta, todos los residuos que hemos generado. Todo debe seguir un protocolo: el papel y cartón deben estar limpios y separados de otros materiales. En el caso de vidrios y plásticos, es importante retirar las tapas, enjuagar los envases y colocarlos en sus espacios específicos. Los metales como las latas de aluminio (latas de gaseosa o cerveza), hojalata (tarros de leche) o el acero (utensilios de cocina) deben estar limpios y separados, incluso, entre sí.

Un paso muy importante es buscar qué puntos de reciclaje existen cerca de casa, del centro de estudios o de trabajo. De igual manera, es vital identificar qué tipo de material son los que se reciclan en estos lugares, ya que hay algunos productos que son reciclables, pero solo en algunos lugares específicos pueden recibirlos. Se debe tomar en consideración que existen centros de acopio especializados, como los de aparatos electrónicos y eléctricos que son colocados en cierto locales como: empresas, operadores telefónicos, centros comerciales, entre otros. Es probable que este sea el paso más engorroso, pero una vez acostumbrados al proceso, se podrá crear una rutina de segregación, traslado y entrega que se acomode a cualquier estilo de vida.

Los pasos antes mencionados son vitales para que el ciclo del reciclaje funcione, además de mantener la constancia y contagiar al entorno cercano. Estas buenas prácticas requieren de mucha disciplina, por lo que se debe tratar de ser constantes para establecer un hábito. En paralelo, se pueden encontrar muchas oportunidades para compartir conocimientos con el entorno más cercano y, también, motivarlos a sumarse. Siempre es importante tener en mente que todo esfuerzo, por pequeño que sea, suma.

2. Ofrecer una segunda vida a los residuos. Parte de reciclar consiste en identificar qué elementos hay en casa que pueden reutilizarse e, incluso, llegar a ser de muchísima utilidad en la vida cotidiana.

Muchos alimentos son ofrecidos en envases de vidrio que, fácilmente, pueden encontrar una segunda vida. Por ejemplo: los frascos de compotas para bebé, como Gerber, pueden ser reutilizados para almacenar, de manera limpia y ordenada, condimentos y agregados de cocina. De igual manera, los vasos de vidrio de diferentes marcas de café, como Nescafé, pueden servir para almacenar diferentes objetos: como útiles de escritorio (lápices, lapiceros, borradores, etc.), artículos de limpieza bucal (cepillo de dientes, pasta dental, hilo dental, etc.), o incluso alimentos (frutos secos, menestras, cereales, etc.) y materiales de costura (botones, tizas, hilos, etc.)

En lugar de botar la ropa en el tacho de basura, se puede considerar donarla (siempre que esté en buen estado) a organizaciones benéficas o intercambiarla con amigos o familiares Últimamente, muchas personas venden sus prendas de vestir en desuso por plataformas de redes sociales o las acercan a diferentes tiendas de moda donde, en recompensa, reciben vales de descuento. Por otro lado, y en caso las prendas estén desgastadas o rotas, estás pueden servir como trapos de limpieza o, incluso, relleno de almohadas.

El cartón que protege algunos alimentos, como el cereal o el Panetón, también es de gran utilidad cuando se le da un segundo propósito, ya que puede cumplir muchas funciones. Puede ser cortado en forma de letrero y ser usados para identificar plantas en las macetas, huerto o jardín. También sirve para crear compartimentos y organizar cajones, incluso, para crear un organizador de cables. Este tipo de cartón también sirve para hacer manualidades o proyectos de decoración, ya que es fácil de manipular. Un gran tip es personalizarlos con pintura, papel de colores o diferentes tipos de telas.

3. Existen otras prácticas complementarias que son de gran ayuda y, además, no requieren de mucho esfuerzo para empezar a ser implementadas.

Identificar cómo generar ahorro energético es sumamente fácil. Se pueden reemplazar las bombillas eléctricas convencionales por aquellas que son LED, que pueden llegar a utilizar hasta 75% menos energía. También, existen muchos hogares que tienen la costumbre de encender todas las luces cuando anochece, incluso cuando algunas habitaciones no están siendo utilizadas. En este caso, es crucial hacerse la pregunta si es que esto es realmente necesario y proseguir a apagarlas. A esto se puede sumar el desenchufar los aparatos electrónicos y eléctricos que están en desuso. Esto, incluso, traerá ahorro de dinero en las cuentas eléctricas del mes.

Utilizar materiales reutilizables es un paso que, cada vez, viene siendo más fácil de implementar. Hoy en día, los supermercados alientan a sus usuarios para que lleven sus propias bolsas reutilizables. De igual manera, hay muchos emprendimientos que venden distintos tipos de “tomatodos”, botellas de vidrio o metal, que pueden acomodarse a cualquier estilo personal. Incluso, muchos ofrecen la opción de personalización.

Participar en voluntariados o jornadas de limpieza: sumarse a voluntariados de reforestación o unirse a las iniciativas locales de limpieza y recolección de residuos en parques, playas y otros espacios naturales y públicos que impulsan los distritos, colegios, universidades o empresas, son una gran idea. Asimismo, organizar una jornada junto a amigos y familiares, no solo ayuda a mantener el entorno limpio, sino que también, son una gran oportunidad para concientizar a más personas sobre la importancia de mantener el ecosistema libre de basura.

Es importante tener en mente que estas acciones cotidianas, ya sean individuales o en grupo, tienen un impacto significativo en el estado de nuestro planeta. En ello, radica la importancia de mantener constantes las buenas prácticas y tratar de sumar al resto. El objetivo es cuidar los recursos naturales, construyendo un futuro más limpio y saludable.

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