Peruanos priorizarán turismo interno y viajes a destinos cercanos
Luego del cierre de fronteras y la cancelación de vuelos en nuestro país, la Cámara Nacional de Turismo (CANATUR) estima que el sector turismo culminará el 2020 con una pérdida estimada 300 mil empleos directos y 500 mil empleos indirectos, así como una pérdida aproximada de 2 000 millones de dólares. Según muestra un estudio llevado a cabo por la OMT, se trata de las restricciones más rigurosas sobre los viajes internacionales de la historia y a medida que el brote continúa afectando fuertemente a los mercados bursátiles, la industria de viajes está sufriendo su peor crisis en más de 18 años.
En ese sentido, para Inés Hochstadter, gerente general de Despegar para Perú, la reactivación del turismo en el Perú se llevará a cabo -en una fase inicial- a lugares cercanos o microdestinos, los cuales no necesiten de transporte aéreo por tres razones: bajo presupuesto, desconocimiento sobre cómo se abrirán las fronteras en todo el mundo y los riesgos en los aviones y aeropuertos.
Esta semana, Lima Airport Partners ha presentado ya protocolos para el ingreso al aeropuerto. La confianza y la seguridad sanitaria serán un factor que marcará las decisiones de los viajeros. Seguramente se verá un crecimiento en la preferencia por destinos poco explorados y de mayor contacto con la naturaleza, por encima de aquellos más tradicionales.
En el Perú, el gobierno ha dado algunas pistas sobre la reactivación de atracciones turísticas anunciando que desde el 01 de julio se permitirá en ingreso gratuito de niños, niñas, adolescentes, personas adultas mayores y servidores públicos a diferentes museos, lugares históricos y áreas naturales protegidas-como el sitio arqueológico de Machu Picchu. Asimismo, el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) en coordinación con el Ministerio de Salud (Minsa), impuso un protocolo de seguridad que abarca distintas medidas como la desinfección de las pertenencias (bolsos, carteras, maletas); el respeto del distanciamiento social de al menos dos metros; la verificación de la temperatura corporal; la desinfección del calzado y el lavado de manos al ingresar a algún recinto.
«Nos encontraremos ante un viajero con altos estándares sanitarios, que demandará más información sobre las medidas de hoteles, aerolíneas, destinos. Puede haber cambios como los que observamos luego del ataque a las Torres Gemelas en 2001: controles de temperatura en aeropuertos y requerimientos de ingresos más estrictos, como la exigencia de certificados de inmunidad o testeos. La Asociación Internacional de Transporte Aéreo y el El Consejo Mundial del Viaje y el Turismo han difundido nuevos protocolos para el sector», agregó Hochstadter.
Por el lado de las compras, Hochstadter afirma que se consolidará la tendencia de compra online para gran parte de la economía. En América Latina se compraba hasta el año pasado un 60% de manera presencial. También comentó que se privilegiaran los viajes con flexibilidad para cambios y devoluciones y la gente optará mucho más por los seguros de asistencia.
La seguridad sanitaria y el regreso de los viajes internacionales
Para Hochstadter, el turismo internacional tardará más en normalizarse porque dependerá de la situación de cada país para la apertura de fronteras. «El primer paso para volver a volar en avión es que los viajeros se sientan seguros en el espacio confinado con nuevas regulaciones a bordo. Si bien es previsible que las personas sean más cautelosas en general y que presten especial atención al establecimiento de medidas de seguridad sanitaria. Si bien es previsible que las personas sean más cautelosas en general y que presten especial atención al establecimiento de medidas de seguridad sanitaria, la pasión y el hábito de viajar están bien instalados», agregó. Asimismo, indicó que ya existen propuestas de cabinas con mayor distancia y posibilidad de aislamiento, aplicables a aviones, restaurantes y otros espacios comunes; innovaciones en materia de higienización de espacios.