
Nuevas tendencias que marcarán el futuro del sector panadero
Los peruanos siguen fieles al pan, pero ahora con una mirada más consciente. Cada 16 de octubre se celebra el Día Mundial del Pan, una fecha que rinde homenaje a uno de los alimentos más importantes y universales del mundo. En el Perú, el pan no solo es parte del desayuno: es una tradición familiar, un símbolo regional y una historia que se cuenta a través de aromas, texturas y recetas que pasan de generación en generación.
De acuerdo con el gremio panificador, más del 90% de los hogares peruanos consume pan a diario, y los fines de semana son los días de mayor demanda. Entre los panes más consumidos destacan el pan francés, de corteza crocante y miga ligera; el pan chuta cusqueño, con su característico aroma a anís; el pan serrano, elaborado con harinas rústicas; el pan de molde y la ciabatta, que ha ganado espacio en cafeterías y panaderías urbanas. A esta lista se suman piezas tradicionales como el tanta wawa, presente en fiestas patronales y celebraciones andinas.
Pero además de esta fuerte herencia cultural, el pan también está evolucionando. Según el estudio global Taste Tomorrow de Puratos, con presencia en más de 40 países, el consumidor peruano muestra un creciente interés por productos más saludables, naturales y artesanales.
"Hoy, los peruanos no solo eligen el pan por sabor o costumbre, sino también por lo que representa. Hay un interés claro por productos con ingredientes locales, procesos naturales y etiquetas transparentes. La salud, el origen y la autenticidad son factores decisivos en la elección del consumidor", explica Karla Macedo, gerente de marketing de Puratos.
El estudio Taste Tomorrow revela que en el Perú las personas valoran cada vez más los panes elaborados con masa madre, granos integrales, quinua, kiwicha o chía, y que cuenten con clean label —es decir, sin aditivos innecesarios y con información clara sobre sus ingredientes y procedencia. Además, los consumidores con más frecuencia buscan productos con historia, identidad y sabor auténtico.
Este cambio de hábitos también se ve reflejado en la aparición de nuevos formatos y experiencias de consumo. Panes laminados, ciabattas artesanales, opciones con cereales ancestrales y versiones enriquecidas están ganando terreno en panaderías y supermercados. Asimismo, cada vez más personas optan por productos que acompañan un estilo de vida más saludable y sostenible.
Celebrar el Día Mundial del Pan no solo es rendir tributo a una receta milenaria, sino también reconocer su evolución. El pan ha pasado de ser un alimento básico para convertirse en un vehículo de expresión cultural, bienestar y sostenibilidad.