Monstruo: La historia de Jeffrey Dahmer

Hace unos días, la plataforma Netflix estrenó la serie biográfica: Monstruo: La historia de Jeffrey Dahmer. Una producción que retrata al apodado Carnicero de Milwaukee, quien fue enjuiciado en 1992 después de descubrirse que desmembró y comió a 17 personas, entre 1978 y 1991. Esta serie, como muchas otras que cuentan historias de asesinos en serie, ha tenido una gran acogida por parte del público.

Ese éxito en la plataforma mundial de streaming tendría como explicación una aparente fascinación del ser humano por vivir aterrado y poner a prueba su tolerancia a la violencia.

«En general, los sucesos que implican muerte o violencia llaman la atención del ser humano de una manera muy particular. De hecho, esta es la explicación por la cual una persona se queda viendo cuando está en el lugar de un accidente o cuando mira algún video con imágenes fuertes en el celular. Es el morbo de probar constantemente el límite de la tolerancia a la violencia», explicó el Dr. César Manrique Tapia, psicólogo del Equipo Técnico de Investigación y responsable de los Laboratorios de Psicología de la Universidad César Vallejo (UCV).

Por otro lado, estas historias también llaman la atención porque se centran en personas que, aparentemente, tienen un comportamiento normal y que podrían igualarse o no a uno mismo. Estas adaptaciones le permiten al ser humano experimentar situaciones de violencia, venganza y acecho. No son los protagonistas, pero sienten cierta cercanía con algunas actitudes, dependiendo del tipo de personalidad.

«En una publicación de la BBC, se menciona que el FBI realizó una investigación sobre el asesinato en serie y concluyó que estas personas no eran consideradas monstruos y que pueden no parecer extraños. Lo que nos recuerda que un asesino que tiene familia, empleo o que puede vivir en nuestra misma comunidad tiene cierta cercanía», puntualizó el especialista.

Finalmente, el Dr. Manrique comentó que, si bien el ver estos contenidos no volverá al espectador un asesino en serie, sí es importante no fascinarse con este tipo de producciones, mucho más si el espectador es un menor de edad.

«Si esta serie la ve un niño o alguien con cierto desequilibrio emocional o con conductas inestables, estos indicadores de la personalidad podrían generar impulsividad y violencia hacia otras personas. También dependerá del enfoque que los creadores le den a la serie: si se pretende dar una enseñanza a partir de ello o si presentan al asesino como un ícono a seguir», enfatizó el psicólogo.

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