Molicentro sacrifica márgenes antes que calidad
Ante un contexto retador, Molinera del Centro (Molicentro) viene capeando la crisis. Para la empresa peruana, con 78 años en el mercado, la harina representa 70% de las ventas, seguida de pastas (20%), y 10% de derivados como afrecho, germen de trigo, salvado y otros. Fernando Mariátegui Cáceres, gerente general de Molicentro y Panadería San Jorge, detalla cómo enfrentan este momento en particular, y cómo se han enfocado en no reducir los empaques y seguir ofreciendo precios justos.
Comenta que el año pasado la demanda de harina de trigo en Perú cayó un 10%, especialmente lo destinado a panificación. En lo que va del año, la demanda de harina de trigo solo ha caído 1 o 2%. Se está estabilizando, pero no recuperando a niveles previos de esta caída. En lo que refiere a la empresa, el ejecutivo explica que mantienen las ventas.
«Muchos clientes han venido a nosotros por tener precios más justos, calidad, suministro constante y diversificación en harinas panaderas e industriales», dijo. Estima que al cierre del 2023, aumentarán sus ventas en un dígito, aunque la utilidad aún no se va a reponer a niveles previos a la subida de precios.
En Perú, el pan y las pastas son alimentos básicos no tan caros, pero que subieron de precio porque insumos como el trigo llegaron a picos históricos por factores climáticos, la situación en Rusia, el tipo de cambio y al alza del transporte marítimo. El gerente sostiene que los molinos de trigo en Perú tuvieron que absorber la mayor parte del aumento de costos, pero también se tuvo que trasladar al mercado.
Si bien hay empresas que sacrifican calidad para conseguir mejor margen o tienden a achicar el gramaje, en el caso de Molicentro están convencidos de que eso no se debe hacer, porque la gente compra por número de porciones, no por peso. Tal como es el caso de las galletas y pastas que ofrecen.
«Estamos sacrificando márgenes antes que calidad o tamaño. El alza en el mercado ha estado por encima de la inflación, porque una tonelada de trigo estaba en US$ 250 y llegó a USD 600. Perú es un fuerte consumidor de trigo, pero no es productor. El consumo de trigo en Perú es dos millones de toneladas al año y la producción es alrededor de 1,500 toneladas», precisa Mariátegui.
Compromiso con el país, pese a las limitaciones
El gerente destaca el firme compromiso del grupo empresarial con el Perú y la lucha contra la anemia infantil en momentos de desafío. «A pesar de los obstáculos, como el alza de precios del trigo y lo costoso de transporte, en Molicentro nos hemos centrado en proporcionar harinas y fideos de calidad a los hogares y empresas peruanas», afirmó.
A su vez, resalta que han hecho esfuerzos por mantener la calidad en todos los productos. «Nuestra misión no se detiene en la producción de alimentos, sino en contribuir activamente a combatir la anemia en el Perú a través de fideos fortificados con hierro», dijo.
Planes y expectativas
Al ser una compañía con tantos años en el mercado, el grupo empresarial siempre ha apostado por el país, especialmente en los momentos más difíciles. El sector está siendo muy temeroso y pesimista, pero hay que ser optimista. Es por ello que tienen proyectos de mejoras en productividad y calidad, incrementado la eficiencia de procesos productivos, con lo que buscan aumentar su capacidad en 10% a 15%.
A su vez, en uno o dos años, analizan seguir creciendo con nuevos molinos fuera de Lima, tal como lo hizo San Jorge en Trujillo con Galletera del Norte. Incluso sus intereses llegan más allá de las fronteras. «Estamos convencidos de que Perú no solo debe atender la demanda interna en molinería, sino que tiene la capacidad de exportar harinas, pastas y galletas a países vecinos. Perú tiene tratados de libre comercio (TLC), costo de energía estable, mano de obra buena», apunta Mariátegui. En la mira tienen los mercados de Chile, Bolivia, Ecuador, Colombia, e incluso Centroamérica.
Competencia de panetones
Se viene la campaña navideña y en las mesas peruanas no faltará el panetón. Mariátegui señala que las marcas buscan recuperar el terreno perdido en el 2022, que se complicó por la agitación social y política en diciembre, mes donde se da el 90% de la venta del producto.
Mariátegui deja en claro que en San Jorge ya están listos para competir con las otras marcas del mercado. Incluso las marcas blancas (de autoservicios) que toman fuerza y se posicionan cada vez mejor, por su precio módico y un robusto canal de distribución.