Lengua de Señas Peruana como un idioma nativo del Perú

El lenguaje es una herramienta fundamental dentro de la sociedad, pues permite la comunicación e interacción entre individuos. Cuando se habla de personas con discapacidad auditiva, la lengua de señas no es solo un elemento importante, sino también necesario, para asegurar el acceso a la información, su desarrollo social y su calidad de vida.

Sin embargo, en el Perú el conocimiento de esta lengua es limitado. A pesar de que en 2015 se hablaba de más de 500 000 personas no oyentes y hoy se estima que esa cifra habría superado el millón, las personas con discapacidad auditiva aún son percibidas como minoría, por lo cual se ven obligados a sortear muchas dificultades en su día a día.

Imagina vivir permanentemente en un lugar donde todos se comuniquen en una lengua distinta a la tuya. Imagina no poder hacer trámites, pedir indicaciones, tomar un taxi o pedir un plato de comida en un restaurante. Estos son solo algunos de los retos diarios que afrontan las personas no oyentes en el Perú, pues la mayoría de la población desconoce la LSP (Lengua de Señas Peruana) y no la consideran una herramienta importante para la sociedad.

El acceso a la información es otra de las grandes dificultades para las personas con discapacidad auditiva en el Perú. Lo que debería ser un derecho, se convierte muchas veces en un privilegio de la mayoría, como sucedió en el Debate Presidencial 2021 transmitido hace unos días, en donde no se contó con un intérprete que pudiera compartir las respuestas de los candidatos con la comunidad no oyente del Perú, dificultando la toma de decisiones para un voto informado.

La responsabilidad de hacer del Perú un país más inclusivo no recae únicamente en el Estado, las empresas privadas también pueden contribuir a mejorar la calidad de vida de la comunidad sorda, a través de talleres constantes a sus colaboradores, para que estos tengan la capacidad de atender debidamente a una persona no oyente y brindarle las facilidades que esta requiere.

Todos estos esfuerzos apuntarían a que la Ley 29535, que reconoce oficialmente a la Lengua de Señas Peruana como un idioma nativo del Perú, sea respetada y que este sistema de comunicación sea integrado a la sociedad para mejorar las condiciones de vida de la comunidad sorda y de todas las personas con discapacidad del país, que actualmente se encuentran invisibilizadas.

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