Las bodegas en tiempos de pandemia y la digitalización
Los efectos de la pandemia por la COVID-19 continúan afectando la economía de miles de negocios en el país y uno de los sectores que vienen readaptándose a los constantes cambios de la coyuntura son las bodegas, que además se convirtieron en un gran soporte en medio de la crisis.
Junto a las farmacias y supermercados, las bodegas, aún con grandes restricciones, mantuvieron sus puertas abiertas durante los más de 100 días de aislamiento social obligatorio y el gran reto fue la adaptación al nuevo consumidor.
La digitalización se volvió parte de nuestras vidas y, en el caso de las bodegas, se hizo indispensable para lograr acercar y atender a un público temeroso de contacto.
Catálogos en línea, opciones de aplicaciones para pago remoto, soluciones rápidas e inmediatas como el uso de redes sociales y WhatsApp con mensajes personalizados para clientes, son algunas de las interesantes innovaciones que la pandemia ha traído para las bodegas.
Según un estudio de Ipsos Perú, el 73% de las bodegas del Perú se conecta a internet; el 37% efectúa trámites bancarios por aplicaciones o internet, mientras que el 14% utiliza herramientas digitales diversas. El delivery ha registrado un crecimiento en algunos sectores productivos y de servicios, sin embargo, solo el 17% de las bodegas peruanas lo ofrece, lo que lo convierte en una oportunidad y un gran reto para el sector.
El 12 de agosto se celebra en nuestro país el Día del Bodeguero para reconocer su trabajo y esfuerzo. «En Lima existen aproximadamente 150 mil bodegas, según la Asociación de Bodegueros del Perú, la mayoría ubicadas en Lima Norte. El 70% de ellas son dirigidas por madres de familia. Estas bodegas con mucho esfuerzo han lograron convertirse en parte de nuestros barrios. Es importante reconocer el esfuerzo que han hecho para adaptar sus negocios a la crisis sanitaria e implementar distintos protocolos para cuidarnos», asegura María Luisa Málaga, directora ejecutiva de ABRESA.
El panorama de las bodegas está lleno de historias de pujanza, según el Centro de Investigación Bodeguera (CIB), durante el 2020 se abrieron 16,892 bodegas formales e informales en Lima Metropolitana y Callao, y el 75%, fueron abiertas durante la crisis sanitaria, pero el 45% tuvo que cerrar.
Aunque el desafío para las bodegas peruanas es enorme también representa una gran oportunidad, porque permite potenciar el uso de la tecnología y digitalización, y las cifras confirman que, para responder a la nueva coyuntura en la que el distanciamiento social es parte ya de nuestra nueva forma de vida, es necesario comprometerse a grandes cambios.