Ladrillos Lark moderniza plantas de Lima y Chiclayo

Lark, una de las ladrilleras más grandes del país, confía en la reactivación del sector construcción a pesar de la informalidad y menores expectativas de crecimiento del PBI.

Muestra de ello es que desde 1996 ha logrado crecer el negocio al punto de contar con dos fábricas ubicadas estratégicamente. La planta de Lima le permite atender las provincias de Lima, Ica, la sierra central y el norte chico; mientras que la segunda, ubicada en Lambayeque, cubre desde la costa hasta la selva norte del país como Trujillo, Chiclayo, Piura, Tarapoto y Jaén.

A lo largo del tiempo, la empresa ha llegado a invertir más de 30 millones de dólares en modernización y automatización de sus plantas, consolidándose como la principal fabricante de ladrillos cerámicos del país. Esta inversión se ha repartido en seis etapas, con la finalidad de ampliar y modernizar sus plantas, implementar mejores prácticas ambientales y expandir su alcance a todo el territorio posible.

En línea con su filosofía de mejora continua, Lark busca ahorrar ante los altos costos de energía, por lo que invertirá en la modernización de las plantas de Lima y Chiclayo para incorporar maquinaria más eficiente que les permita generar ahorros hasta del 30% en energía eléctrica y 25% en energía calórica (gas). Alberto Chara, gerente comercial de Ladrillos Lark, considera que es un buen momento para renovar equipos, pues los proveedores tecnológicos también empiezan a bajar sus precios.

Para Alberto Chara, gerente comercial de Ladrillos Lark: «A pesar de la pandemia, como empresa hemos seguido apostando por el desarrollo del sector construcción, innovando permanentemente en tecnología y apostando por el capital humano de nuestros colaboradores. Día a día nos esforzamos por seguir siendo la ladrillera número uno del país y lo venimos consiguiendo gracias al apoyo permanente de ingenieros, maestros de obra, arquitectos, amas de casa y público en general que prefiere usar Ladrillos Lark en sus proyectos de construcción, ya que les aseguramos una edificación antisísmica y con acabados de calidad, que les durará de generación en generación».

La ladrillera busca mantener altos estándares de calidad gracias a su continua inversión en innovación tecnológica que se promueve como parte de la cultura y herencia empresarial. Son responsables y amigables con el medio ambiente empleando tecnologías que reduzcan los costos de energía eléctrica y agua. Además de tener productos más eficientes para la construcción, espera reducir el impacto de emisiones C02 a 0%. Sus dos plantas, que producen 43,000 toneladas al mes, trabajan de forma automatizada e íntegramente con hornos a gas natural.

Lark se distingue por marcar la pauta en la industria, por ejemplo, masificar la utilización de gas natural al 100% en todo el proceso de secado y de cocción en ambas plantas de producción marcó un precedente que, con el tiempo, se adaptó a todo el segmento.

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