La exposición al sol puede producir cáncer de piel

Empiezan las vacaciones y con ello los meses de verano, las actividades en espacios abiertos se multiplican y es necesario tomar conciencia del efecto de los rayos ultravioleta (UV), que siguen siendo el principal factor de riesgo en el desarrollo de cáncer a la piel, una enfermedad cada vez más frecuente.

El Dr. Jonathan Stevens, dermato-oncólogo del Instituto Oncológico FALP, explica que el debilitamiento paulatino de la capa de ozono ha sido una circunstancia que ha mantenido la preocupación por la salud de la piel desde hace muchos años atrás: Datos internacionales indican que hay un incremento de la incidencia de cáncer de piel determinado por el aumento de las actividades al aire libre, pero también porque la gente está preguntando y consultando más precozmente. Desde este punto de vista, habría una mayor conciencia del daño solar y la consulta temprana ha derivado en diagnósticos y terapias más oportunas.

FALP lanzó la campaña Protégete de lo que no ves, que busca que la población tome mayor conciencia de los peligros que puede acarrear la exposición al sol, además de la importancia de la fotoprotección para propiciar hábitos responsables e incentivar el autoconocimiento y la consulta temprana.

Melanomas y no melanomas

El cáncer de piel puede dividirse en dos grandes grupos, melanoma y cáncer de piel no melanoma. El primero es el menos frecuente, pero más agresivo, y es el responsable del 50% al 80% de las muertes por cáncer a la piel. Entre los cánceres de piel no melanoma se encuentran el carcinoma basocelular, que es el más frecuente y de mejor pronóstico, y el carcinoma espinocelular, que puede tener una agresividad variable. La mayor dificultad en estos escenarios es que la aparición de cáncer a la piel puede ocurrir como consecuencia de una exposición permanente durante muchos años o después de episodios focalizados de alta exposición, como insolaciones en distintas etapas de la vida.

Pero también hay factores adicionales relacionados con el tipo de piel, con los antecedentes familiares o personales de cáncer de piel y también con la edad.

Factores de riesgo

– Exposición continua o intensa al sol. Los efectos de la radiación son acumulativos.
– No utilizar Factor de Protección Solar (FPS).
– Piel con tendencia a generar quemaduras.
– Tener más de 100 lunares en la piel.
– Ser sensible al sol (piel y ojos claros, cabello rubio o pelirrojo).
– Tendencia a generar pecas y lunares.
– Antecedentes familiares de cáncer de piel.
– Uso de camas solares.
– Edad. Mayor riesgo con el paso de los años.

“Existe un contexto sociocultural que no percibe al cáncer de piel como una enfermedad que puede ser mortal. También está muy arraigada la idea de que broncearse es una cualidad estética, sin conocer el daño que genera la radiación solar.

Tenemos que protegernos del sol sobre todo entre las 11:00 y las 16:30 hrs, utilizar protección solar, lentes y gafas con protección UV, preferir lugares con sombra. Contar con buenos hábitos es vital para protegernos y tomar conciencia de nosotros mismos y nuestra familia”, finaliza el Dr. Stevens.

FALP cuenta con un equipo profesional altamente capacitado y tecnología que permite mayor sensibilidad en la detección, aportando calidad y seguridad a los pacientes.

Cada caso es evaluado por un equipo multidisciplinario, que presenta las mejores opciones de tratamiento, según las condiciones y tipo de cáncer del paciente.

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