Hernia inguinal en bebés

La llegada de un bebé es algo maravilloso; sin embargo, a veces puede nacer con complicaciones. La hernia inguinal es una de ellas. Es 8 veces más frecuente en niños que en niñas. Se presenta en uno de cada 500 nacimientos. Las estadísticas también indican que es más común entre los recién nacidos prematuros y con bajo peso al nacer.

El doctor José Luis Apaza, cirujano pediátrico de la Clínica Ricardo Palma, explica que la zona inguinal es la parte del cuerpo que se localiza entre el abdomen y los miembros inferiores. Aquí se encuentra el conducto inguinal por donde pasan vasos sanguíneos y el cordón espermático en el hombre y el ligamento redondo en la mujer.

Añade que la hernia inguinal es un defecto congénito de la pared abdominal que origina la apertura del conducto inguinal y a través de ella se forma un saco por donde pueden salir las asas intestinales u otros órganos abdominales.

Clínicamente se define como una tumoración blanda en la región inguinal que se presenta al esfuerzo, pujo o tos. La cual puede volver a su lugar con el reposo o la reducción por un profesional especializado.

Los padres deben sospechar que su bebé puede tener este problema cuando su pequeño nace de manera prematura con poco peso y/o notan que al pujo o algún esfuerzo se forma un bultito en la región inguinal, la cual desaparece en reposo.

Cuando el paciente ya tiene diagnóstico de hernia inguinal y se complica, el niño puede tener dolor y vómitos. El tratamiento es quirúrgico y la operación debe ser realizada de manera rápida. Esta puede ser convencional o laparoscópica. El niño se recupera a la semana con una buena cicatrización de las heridas. A los 20 días de ser intervenido podrá efectuar sus actividades de forma rutinaria.

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