Fashion Revolution: Una acción urgente en la industria de la moda

Fashion Revolution Week es una campaña que alza la voz y exige cambios sustanciales en la industria de la moda. Desde hace dos años realiza un evento en el Perú articulando a los principales actores del sector hacia un cambio de mindset a favor del medio ambiente y los trabajadores de la cadena de valor de la moda.

La ONG Fashion Revolution fue fundada en Inglaterra en 2014 como respuesta al desastre del Rana Plaza en Bangladesh en el que murieron más de 1000 personas, entre ellos muchos trabajadores de fábricas de ropa.

Este año continúa con sus actividades en las que hace un llamado a que se reconozcan por partes iguales los derechos humanos y los derechos de la naturaleza por encima de las ganancias.

Durante la semana se podrán escuchar charlas de los líderes de la industria y se compartirá testimonios con la idea de conformar una sola voz en busca de reformas.

Por los derechos universales

Este año, Fashion Revolution hace un llamado a la industria de la moda y a los gobiernos para que reconozcan la interconexión entre los derechos humanos y los derechos de la naturaleza. El grupo detrás de la campaña cree en un cambio radical de nuestras relaciones: entre nosotros, con nuestra ropa, dentro de las cadenas de suministro de moda y con el mundo natural.

Fashion Revolution sostiene que la explotación humana y la degradación de los ecosistemas que vemos a nuestro alrededor son el producto de siglos de un enfoque en donde la prosperidad humana y el estado ambiental se consideran aislados y desconectados entre sí.

Se prevé que la producción de prendas de vestir crecerá un 81% para 2030. Existe una demanda cada vez mayor de tierras agrícolas para producir algodón, viscosa (rayón), lana, caucho, pieles de cuero y otras fibras naturales. Cada año se talan 150 millones de árboles para convertirlos en tejidos celulósicos como rayón. Por otro lado, la ganadería es el principal factor de deforestación en la Amazonía. La tala de bosques conduce a la pérdida de hábitat y aumenta el riesgo de transmisión de enfermedades de la vida silvestre a los humanos, lo que aumenta las posibilidades de futuras pandemias.

Algunas de las condiciones de trabajo más severas y el peor daño ambiental ocurren en lo profundo de las cadenas de suministro de moda donde se cultivan materiales y se fabrican telas, como lo demuestran las recientes revelaciones del trabajo forzoso de los uigures en la región de Xinjiang de China.

Ha llegado el momento de exigir un nivel más profundo de transparencia, de pedir no solo quién hizo la ropa que uno compra #WhoMadeMyClothes sino también quién hizo el materia #Quenhizomiropa.

Más información en www.fashionrevolution.org

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