Fanatismo extremo ¿enfermedad o adicción?

La reciente llegada de artistas internacionales a nuestro país ha llevado a muchos peruanos al extremo de gastar elevadas sumas de dinero con tal de estar lo más cerca posible de sus estrellas favoritas. El elevado costo de las entradas a los conciertos de Daddy Yankee, Juan Luis Guerra y Luis Miguel, solo por mencionar algunos, nos hace cuestionarnos sobre si se trata de un fanatismo extremo, enfermedad o adicción.

Para la psicóloga y docente de la Universidad César Vallejo, Flor de María Ruiz, el fanatismo extremo hacia un artista surge a partir de la necesidad de seguridad que experimentan las personas que, justamente, son inseguras. Se trata de una especie de compensación frente a un sentimiento de inferioridad. Los fanáticos suelen demostrar de manera muy extraña su admiración por los artistas preferidos. Esto va desde asistir a todos sus conciertos, comprar por internet algún artefacto que este haya usado a través de subasta, hasta plasmar en su piel la cara y figura de estos.

Todo en extremo es malo, por ello las consecuencias de un fanatismo hiperbolizado pueden repercutir en la interioridad del individuo, provocando una doble personalidad. Cuando alguien se convierte en seguidor incondicional de un artista, vive en dos mundos, el primero es el que le rodea y, el segundo, un mundo donde ambos (el fanático y su artista) son incompatibles.

Hablamos de un fenómeno sociopsicológico que se produce especialmente al inicio de la adolescencia. Es atribuir a otro los ideales que se quisieran alcanzar, lo que genera pérdida de la identidad personal y que la autoestima esté asociada a la influencia desprendida del ídolo, contribuyendo a un modelo de identificación, un guía o gurú a seguir.

Muchos confunden el fanatismo con pasión, lo que no saben es que la pasión es la fuente de todos los fanatismos, es un proceso afectivo poderoso y absorbente.

Recordemos que años atrás, la fiebre juvenil de Salserín o Servando y Florentino causó -incluso- la pérdida de vidas humanas. Este fanatismo desenfrenado ha ido aminorando con el paso del tiempo. Sin embargo, para la docente Flor de María Ruiz de la UCV se deben tener en cuenta algunas recomendaciones para quienes presenten síntomaS de este comportamiento:

– Asistir a un terapeuta cognitivo conductual que ayude a visionar más su problema, la cual está orientada a un trastorno de personalidad.

– Valorar de dónde viene su dinero y canalizar bien cómo debe de distribuirlo; esto sucederá una vez que asista al terapeuta.

Aunque asistir a actividades recreativas como conciertos, partidos de fútbol, entre otros, podría ser un buen escape de la rutina diaria laboral y de casa, muchas veces ello puede hacernos caer en la irresponsabilidad, sobre todo si altera nuestras prioridades económicas.

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