Fabricarán crema con súper sacha inchi para problemas de piel
Una crema dermocosmética con aceite de súper sacha inchi para problemas de piel de pacientes oncológicos será elaborada por la Universidad San Ignacio de Loyola, que obtuvo para ese fin un importante fondo del Programa Nacional de Investigación Científica y Estudios Avanzados (Prociencia) del Concytec, en la categoría Proyectos de Desarrollo Tecnológico.
La propuesta obtuvo el 70 % de los fondos (S/ 308,058), que permitirán desarrollar este producto con un valioso activo de la biodiversidad peruana. El 30 % restante lo pone la misma universidad.
Este proyecto es parte de los estudios del Centro de Investigación, Tecnología e Innovación Cosmética (CITIC) de la USIL y se realizará en asociación con el Laboratorio de Tecnología Farmacéutica de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco, así como Laboratorios SMA S.A.C.
Integran el equipo investigador por la USIL la MSc. Ing. Keidy Cancino, docente de la Facultad de Ingeniería; Mg. Patricia Lozada, Dra. Ana María Muñoz y Dra. María Mercedes Saravia de la Carrera de Medicina Humana de la Facultad de Ciencias de la Salud.
El aceite de la Plukenetia huayllabambana, llamada súper sacha inchi, es una variedad endémica peruana con mayores propiedades que la Plukenetia volubilis, conocida como sacha inchi. Su contenido de ácido graso Omega 3 es más alto (hasta 58 % del aceite), al igual que el de Omega 6.
Como aún no hay tratamientos que empleen aceites naturales, como el de la Plukenetia huayllabambana, el estudio propone el diseño de una fórmula dermocosmética con activos de esta especie, que proviene del valle de Huallabamba, provincia de Rodríguez de Mendoza, región Amazonas.
La radioterapia, quimioterapia, inmunoterapia, terapia hormonal, entre otras, tienen como efecto secundario la degeneración del estrato córneo de la piel (capa superior).
Los pacientes pueden presentar xerosis (piel seca), foliculitis, prurito, descamación, desorden en las mucosas y problemas en cabello y uñas y alrededor de estas, lo cual genera incomodidad, dolor y hasta interrupción del tratamiento por la eventual complicación de heridas abiertas.
La data será obtenida con equipos de bioingeniería y evaluación sensorial profesional. El proyecto se desarrollará en un plazo de 18 meses.