En Perú se viene incluyendo el consumo del vino en sus tradiciones
El vino se ha convertido en una modalidad cultural de consumo moderado, la cual se ha consolidado por hábitos sociales propios a la identidad de cada país. Su consumo ha evolucionado, el concepto de que era algo exclusivo y costoso quedó atrás, hoy en día es uno de los protagonistas al acompañar varios platos, en Perú hay un amplio portafolio de la variedad de vinos, para buscar que los comensales lo incluyan en su experiencia gastronómica.
Según el último informe publicado por EAE Business School sobre El sector del vino se evidencia que a raíz de la pandemia varios países de Latinoamérica han venido en constante aumento en la extracción, el consumo, venta y distribución del vino en el mundo.
En Perú se ha ido posicionando como un foco gastronómico con identidad propia dentro de Latinoamérica, permitiendo de esta manera que se acompañen los platos insignias de sus costumbres y tradiciones con el consumo de vino. En el país para su comercialización los peruanos adquieren los vinos de gama baja en bodegas en su acepción de tiendas de barrio, mientras que los vinos de categoría superior.
Con la fuerza que ha tomado en los países de Latinoamérica las tendencias han marcado su avance, hoy en día se evidencia que:
– La innovación será la única forma de llegar a los consumidores jóvenes, ya sea a través del marketing, el e-commerce o nuevos packaging entre otros.
– La tendencia global muestra una moderación en el consumo de alcohol, lo que dará más alas a los vinos sin alcohol o de bajo contenido alcohólico
– Los consumidores buscan vinos con historia, lo que en marketing se conoce con storytelling. La autenticidad y la historia detrás del vino tendrán cada vez más importancia en la decisión de compra.
Adicionalmente y en términos generales a nivel mundial, el vino natural gana popularidad, así como el orange wine y el vino con menos cantidad de sulfitos. Todas estas opciones el consumidor las asocia a un estilo de vida más saludable.
Las nuevas generaciones han hecho que surja la necesidad de crear criterios éticos frente a su origen y proceso de elaboración del producto en la actualidad. Algunas prácticas que cita el informe de EAE para una mayor sostenibilidad son la reducción del peso de las botellas, la optimización del uso de recursos naturales, el avance hacia la descarbonización y la apuesta por la viticultura regenerativa o las variedades autóctonas. Un reto para sus productores.