El impacto de la IA en la ciberseguridad
Los especialistas coinciden en que la inteligencia artificial (IA) está cambiando las reglas del juego en un contexto donde los ciberataques evolucionan rápidamente. Pablo Dubois, Gerente Regional de Productos de Seguridad de Cirion Technologies, explica que la IA no solo ayuda a automatizar la protección, sino que también se convierte en una herramienta esencial para analizar grandes volúmenes de datos y detectar vulnerabilidades antes de que los ataques ocurran.
El analista de seguridad no puede abordar todos los retos por sí solo. La IA es el socio que necesitamos para enfrentar las amenazas en tiempo real, comenta Dubois.
Esta tecnología permite identificar y neutralizar ataques con mayor rapidez, optimizando los tiempos de respuesta y reduciendo el impacto en las operaciones. En ese sentido, identifica características que adhiere la inteligencia artificial al campo de la ciberseguridad:
Phishing más sofisticado con IA: Uno de los riesgos más preocupantes que la IA ha potenciado es el phishing, que sigue siendo la principal puerta de entrada para los ataques informáticos. Los correos fraudulentos, que antes eran fáciles de detectar por errores gramaticales, ahora son casi indistinguibles de los reales, gracias a la perfección en el lenguaje que ofrece la IA. Esto dificulta aún más la protección de las empresas y exige nuevos métodos de defensa.
Riesgos legales asociados a la IA: Para Oscar Montezuma, CEO & Founder de Niubox Legal Digital, los riesgos legales que acompañan el uso de IA; desde el uso indebido de datos personales hasta la propiedad intelectual generada por sistemas autónomos, la IA plantea interrogantes que aún no tienen respuestas claras en el ámbito regulatorio. Países como Italia ya han prohibido el uso de ciertas aplicaciones de IA hasta que cumplan con sus leyes de protección de datos.
La IA, una nueva superficie de ataque: Además de los beneficios en la defensa, la IA también representa un nuevo frente de vulnerabilidad. Dubois explica que la inteligencia artificial debe ser vista como una nueva superficie de ataque que requiere control y monitoreo constantes. Los atacantes también están utilizando IA para mejorar sus técnicas, lo que obliga a las empresas a mantenerse un paso adelante.
Gobernanza de IA, un desafío pendiente: El marco legal para regular la IA está en constante desarrollo. Montezuma menciona que, aunque existen normas internacionales como la ISO 42001 para auditar sistemas de IA, muchas empresas aún no implementan políticas internas robustas para la gobernanza de esta tecnología. Esto deja expuestas tanto a las compañías como a sus clientes frente a potenciales riesgos.
Colaboración internacional en regulaciones: A nivel global, las regulaciones sobre inteligencia artificial están tomando fuerza, con Europa a la cabeza en la creación de normativas rigurosas. Sin embargo, Montezuma señala que la sobre regulación podría frenar la innovación, especialmente en países como Perú, donde ya se están aprobando leyes que podrían generar barreras innecesarias para las startups y empresas tecnológicas locales.
Por otro lado, el uso de IA también tiene un impacto positivo en la formación de nuevos profesionales en el área de ciberseguridad. La creciente demanda de expertos hace que la IA no solo potencie a los actuales analistas, sino que también acelere el aprendizaje de nuevas generaciones.
La IA está ayudando a cerrar la brecha de talento en seguridad digital, permitiendo que los nuevos profesionales entren en ritmo más rápidamente.
Cirion también ha implementado soluciones de IA para optimizar la infraestructura tecnológica de sus clientes. Hoy, la IA puede analizar y proponer configuraciones de seguridad automáticamente, agilizando el tiempo de respuesta ante posibles amenazas. Esta capacidad de automatización ayuda a reducir el tiempo de inactividad y garantiza una mayor seguridad operativa.
La inteligencia artificial presenta tanto desafíos como oportunidades en el ámbito de la ciberseguridad. Es fundamental que las empresas adopten un enfoque proactivo y colaborativo para protegerse contra los riesgos emergentes, al tiempo que se fomente un marco regulatorio que equilibre la innovación con la protección. Solo así podrán navegar con éxito en este nuevo paisaje digital.