El impacto de ChatGPT y la IA en la educación
Durante las últimas décadas, fueron varias las veces en que la tecnología fue señalada como una gran amenaza para la educación. Sucedió con la llegada de las calculadoras, durante el apogeo de Google así como con la aparición de Wikipedia.
Hoy, la educación tiene por delante otro desafío: el saber adaptarse a las nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial, que tal como confirman algunas estadísticas, llegaron para quedarse. ESET, compañía líder en detección proactiva de amenazas, analiza esta nueva modalidad y cómo se podría transformar ese miedo inicial en una herramienta más para potenciar la enseñanza.
Desde el lanzamiento de ChatGPT, fueron más de 100 mil millones de personas las que ingresaron para obtener algún tipo de respuesta del chatbot. Las empresas, en la actualidad, lo utilizan para responder consultas de usuarios, redactar correos electrónicos, setear reuniones, por solo citar algunas. Como no podía ser de otra manera, el campo de la educación se ve impactado por este fenómeno global.
Algunos ejemplos donde ChatGPT es utilizado de una forma disruptiva y formativa, son el caso de profesores que solicitan a sus estudiantes que generen un texto sobre un tema a elección con la ayuda del chatbot, para que luego ellos mismos puedan encontrar los errores. Pero sus beneficios podrían ir aún más allá, como usarse para abordar temáticas de manera más interactiva, generar debates y contrapuntos, organizar planes de estudios personalizados según la necesidad de cada persona, y hasta su aplicación para el ahorro de tiempo en tareas administrativas.
La Sociedad Internacional para la Tecnología en la Educación (ISTE, según sus siglas en inglés), es una organización sin fines de lucro, y que principalmente incentiva el uso de la tecnología en la enseñanza.
Del otro lado de la vereda, hay quienes aún ven a la Inteligencia Artificial como un atajo directo a la trampa, que aleja a los estudiantes del aprendizaje. Un test realizado recientemente en los Estados Unidos avala esta corriente, ya que demostró que ChatGPT estaría en condiciones de aprobar exámenes universitarios en carreras de Derecho y Negocios.
Así es como, por ejemplo, Los Angeles Unified, segundo distrito escolar más grande de ese país, fue el pionero en bloquear directamente el acceso al sitio web de OpenAI desde la red de todas sus escuelas. También se sumaron Washington, Nueva York, Seattle, Virginia y Alabama, entre otros.
La iniciativa trascendió las fronteras, ya que universidades en Francia y la India también prohibieron el uso de la herramienta.
Entrevistado por la Universidad de Cambridge, Steve Watson, quien se desempeña como coorganizador del grupo de investigación Conocimiento, Poder y Política de la Facultad, y ha explorado el significado y la comunicación de ChatGPT, explicó el riesgo de ser muy estricto con este tipo de restricciones.
Italia fue el pionero en Occidente en prohibirlo, debido a las preocupaciones y dudas respecto de la privacidad y el uso de los datos; y prometió investigar si cumplía o no con el Reglamento General de Protección de Datos. En marzo de este año un fallo en una librería de código abierto expuso el historial de preguntas de otros usuarios, además de información de pago de suscriptores a ChatGPT Plus.
ESET invita a conocer su iniciativa Digipadres, y su nota ChatGPT: ¿una revolución para la educación? para continuar analizando el impacto potencial de ChatGPT en la educación y como esta tecnología podría transformar la manera en que los alumnos aprenden y se relacionan.