
El diseñador del futuro será artífice o dependiente de la IA
La presencia del diseño está en todo: desde las apps que usamos hasta los empaques que elegimos en una tienda. Su impacto no es superficial, es emocional, funcional y decisivo. Por eso, en el marco del Día internacional del Diseño, que se celebra cada 27 de abril, resulta importante reflexionar sobre la figura de esta profesión, a través de una pregunta clave: ¿el diseñador del futuro será un profesional más libre o un dependiente de la inteligencia artificial?
Según un informe de Adobe Inc. (2024), el 73 % de los diseñadores profesionales ya usan herramientas con la IA. De ellos, un 41% reporta que sus tiempos de entrega se redujeron a la mitad, mientras que otro 34% asegura que ha aumentado su volumen de proyectos sin sacrificar calidad.
La revolución de la inteligencia artificial (IA) ha irrumpido con fuerza en todos los sectores creativos, y el diseño gráfico no es la excepción. Lo que hace apenas unos años era terreno exclusivo del talento humano: la imaginación, la estética y la identidad visual, ahora se ve compartido con algoritmos capaces de generar imágenes en segundos. Esta situación ha generado un debate en el que se reflexiona si es una oportunidad para innovar o, por el contrario, una amenaza para su labor.
“En un mercado cada vez más competitivo y automatizado, los diseñadores que realmente se destacan son aquellos que desarrollan un perfil integral y que desarrollan competencias clave que el mercado laboral seguirá demandando”, explicó Eduardo Velarde, jefe académico de las carreras de Diseño de la Universidad de Ciencias y Artes de América Latina ( UCAL). Agregó que estas son las competencias clave que definen al diseñador del futuro:
Pensamiento creativo y conceptual: Dominio de conceptos visuales obtenidos a través del proceso del diseño que comuniquen objetivamente más allá de lo estético.
Criterio visual y sensibilidad estética: Más allá de lo visualmente bonito, capacidad de construir identidad visual coherente y con personalidad.
Dominio tecnológico: Manejo especializado de software y herramientas de IA generativa como Midjourney, Dall-E o Firefly.
Alfabetización digital: Comprensión de tecnologías emergentes como aplicaciones de diseño UI para integrarlas estratégicamente en los procesos creativos.
Pensamiento estratégico: Entender los objetivos del negocio, aplicar UX para conocer las experiencias de las audiencias y los contextos culturales.
Storytelling y comunicación visual: Capacidad para conectar emocionalmente con el público.
Ética profesional y pensamiento crítico: Discernimiento en el uso responsable de la IA y ser consciente del impacto visual y social de los mensajes que se crean.
Trabajo colaborativo e interdisciplinario: Integración con equipos diversos y metodologías ágiles como: programadores, comunicadores, publicistas, estrategas digitales.
"Una IA puede generar un cartel visualmente atractivo, pero no entiende el contexto cultural o no es capaz de leer la ironía o la carga simbólica que un diseñador sí puede analizar y plasmar. Por eso, se torna necesario formar profesionales capaces de integrar creatividad, estrategia y tecnología, con una mirada ética y sensible al cambio social. Y es precisamente lo que hacemos en la carrera de diseño gráfico en UCAL", agregó el mencionado jefe académico de UCAL.
Además, el impacto de la IA no es solo técnico, sino también ético y creativo. Por ejemplo, un estudio de Canva y Morning Consult (2023) revela que el 62% de los diseñadores menores de 35 años temen que su trabajo pierda valor ante la creciente automatización. A su vez, un 55% de ellos también cree que la IA puede liberar tiempo para tareas más creativas, como la conceptualización o el diseño estratégico.
En un escenario como el actual, donde la inteligencia artificial redefine las reglas del juego, el verdadero diferencial ya no será solo dominar herramientas, sino conservar la capacidad de pensar, conectar y emocionar con propósito. "El diseñador del futuro no es aquel que compite con los algoritmos, sino quien sabe usarlos sin perder su esencia creativa, crítica y humana. Porque mientras la IA puede generar imágenes, solo el diseñador puede generar sentido. Y en ese sentido, la inteligencia artificial no debe reemplazar la identidad del diseñador, sino potenciarla", concluyó el académico de UCAL.