Desarrollan investigación para combatir daño a edificiaciones

El pasado sismo de magnitud 6 que se registró en Mala el 22 de junio, nos recordó que el país nuestro solo se encuentra ubicado en una zona altamente sísmica, sino que también es muy vulnerable a los movimientos telúricos de gran intensidad. El Instituto Geofísico del Perú (IGP) recalca que los peruanos deben estar preparados para un próximo sismo de magnitud 8.5 o mayor, que puede ocurrir en cualquier momento, y que pondría en riesgo miles de vidas, siendo catastrófico para la infraestructura del país.

En este sentido, la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC), en conjunto con la Universidad de Kioto, en Japón, han elaborado una investigación para desarrollar sistemas estructurales resilientes sísmicamente; es decir, estructuras que puedan estar operativas casi inmediatamente después de ocurrido un sismo de gran magnitud.

«En los países con actividad sísmica, el daño que se produce en la infraestructura civil durante un movimiento de gran magnitud es enorme. Además, una comunidad tiene que lidiar con la reconstrucción de esta infraestructura luego de un desastre sísmico, lo cual acrecienta el impacto económico y social. Por ende, es de suma importancia el brindar construcciones resilientes ante sismos», señala Luis Bedriñana, profesor e investigador de ingeniería civil de UTEC.

Para lograr esta resiliencia, los investigadores de ambas universidades han propuesto la creación de un tipo de disipador (fusible) sísmico que tomaría gran parte de la energía sísmica en un edificio y que se puede reemplazar fácilmente, en caso se rompa luego de un sismo.

Estos fusibles sísmicos tienen un diseño que los hace económicos y de fabricación sencilla. Además, permiten una fácil instalación en edificios de concreto prefabricado.

La investigación busca contribuir a que se disminuya el tiempo de los procesos de reconstrucción de las ciudades peruanas dañadas por un fenómeno telúrico; ya que, los disipadores sísmicos reducirían los daños de la estructura principal de edificios.

Las pruebas experimentales han mostrado resultados muy prometedores.

Los siguientes pasos del proyecto serán buscar nuevas configuraciones o tipos de disipadores para otras aplicaciones, como puentes, hospitales, estructuras históricas, etc. Así, se disminuirá el agravio que puedan causar futuros movimientos telúricos a nivel económico y social.

Cabe recordar que el proyecto de investigación (https://doi.org/10.1016/j.engstruct.2021.112045) ha sido financiado parcialmente por Fondecyt, de Concytec, y desarrollado por los científicos Luis Bedriñana (UTEC), Masanori Tani (Universidad de Kioto) y Minehiro Nishiyama (Universidad de Kioto).

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