COVID-19: El papel clave de Recursos Humanos
En general, las organizaciones se preparan para las crisis. Elaboran manuales de crisis, definen los voceros, determinan cómo se trabajará y comunicará en esos momentos. Sin embargo, esta pandemia ha superado todas las planificaciones, ya que no se trata de una crisis de industria, de negocio, sino de algo que trasciende las empresas, los negocios, los países y las sociedades.
La pandemia del Coronavirus afecta principalmente la salud de las personas. Las empresas, más allá de su objetivo económico, deben priorizar cuidar a su gente, garantizar la SALUD y la SEGURIDAD de las personas. Esto es clave para salir adelante una vez que esta crisis termine (porque va a terminar).
Los líderes deberán mostrar sus cualidades de:
– Serenidad
– Prudencia
– Responsabilidad
Y, como nunca, se ponen a prueba las habilidades blandas de quienes comandan equipos de trabajo:
– Agilidad
– Flexibilidad
– Creatividad
– Empatía
– Capacidad de escucha (para comprender al otro, sus temores y necesidades).
La demostración de atención y preocupación por parte de quienes lideran equipos hace que se establezca (o se fortalezca, según el caso) un clima de confianza, lo cual es fundamental para poder actuar en un escenario de crisis.
Las empresas deben elaborar rápidamente un plan de contingencia de continuidad comercial, asegurando la provisión de las herramientas y tecnologías necesarias para que el trabajo continúe, pero en un ambiente sumamente cuidado.
Ante esta crisis, hay que pensar en:
– Alternativas de trabajo flexible.
– Evitar al máximo los desplazamientos.
– Facilitar los traslados de quienes inevitablemente deban asistir a su lugar de trabajo.
– Brindar los elementos de higiene y seguridad extremos que este caso requiere (alcohol en gel en ingresos, pasillos, escritorios; mascarillas; distancia preventiva entre colaboradores; guantes para estar dentro del ámbito laboral; uniformes especiales que se laven diariamente; etc. – los recaudos dependerán de la actividad de la organización).
– Reforzar la ventilación de espacios de trabajo con gente.
– Extremar la limpieza y la desinfección de espacios de trabajo con gente, especialmente las superficies, dado que el COVID-19 se propaga a través de éstas.
Y en lo que se refiere al trabajo presencial en la empresa, habrá que determinar:
1. Quiénes no necesitan trabajar si la compañía no está operativa. Tal es el caso de
recepcionistas, personal de maestranza, etc. A ellos solo se los enviará a su casa con la solicitud de estar conectados por si se los necesita para alguna tarea remota, desde sus hogares.
2. Quiénes pueden continuar su trabajo en forma remota (home office o teletrabajo). Esto no solo contribuye a la continuidad comercial de la organización sino principalmente a la salud mental de la persona (mantenerse activo contribuye a tener mejor humor y sentirse productivo en medio de esta situación atípica que parece paralizarnos a todos).
3. La posibilidad de trabajar por equipos divididos. Esto es, planificar la producción con menos dotación que la acostumbrada, de modo de seguir trabajando, pero disminuyendo al máximo los riesgos de salud y seguridad de la gente.
Una buena noticia en plena cuarentena: semanas más, semanas menos, esto va a terminar.