¿Cómo prevenir y detectar a tiempo el cáncer de mama?
En Perú, el cáncer es la segunda causa de muerte después de las enfermedades cardiovasculares1. El cáncer de mama representa la segunda neoplasia más frecuente en el país, que afecta a las mujeres a partir de los 35 años de edad. Según el último reporte del Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades del Perú (CDC, 2022), en Lima y Callao, esta neoplásica supera en incidencia al cáncer de cuello uterino y colorrectal.
A menudo, esta enfermedad no presenta síntomas en sus etapas iniciales, lo que subraya la importancia de la detección temprana a través de mamografías y autoexámenes regulares. Sin embargo, para el Dr. Oscar Álvarez Larraondo, cirujano Oncólogo de la Clínica Stella Maris, es importante estar atentos frente a cualquier cambio o presencia de algún tipo de anomalía en la zona.
– La presencia de un bulto o masa en el seno.
– Cambios en el tamaño o la forma del seno.
– Cambios en la piel del seno, retracciones, hinchazón o textura similar a la piel de naranja.
– Secreción anormal del pezón.
– Cambios en el pezón, como hundimiento o inversión.
Prevención y control
La prevención primaria no existe, sin embargo, la clave para la detección temprana sigue siendo la realización de mamografías periódicas (1 vez al año como mínimo), especialmente para mujeres mayores de 40 años. A partir de los 20 años, se sugiere pasar por un control anual y mantener la práctica de autoexámenes mensuales.
El autoexamen se inicia observando visualmente los senos en el espejo para detectar alteraciones en la forma, la piel o el pezón. Luego, se recomienda acostarse y utilizar los dedos para palpar suavemente todo el tejido mamario en movimientos circulares, prestando atención a posibles bultos o endurecimientos. Este proceso debe repetirse en ambos senos mientras se está de pie o sentada.
Es relevante recordar que, aunque el autoexamen puede ayudar a detectar cambios, la mayoría de las anomalías encontradas no son cáncer de mama.
Factores de riesgos
El riesgo de diagnóstico de cáncer de mama tiende a aumentar con la edad y también puede verse influenciado por otros factores de riesgo, como antecedentes familiares de la enfermedad, mutaciones genéticas hereditarias como BRCA1 y BRCA2, inicio temprano de la menstruación o menopausia tardía, terapia de reemplazo hormonal, historial previo de cáncer de mama, exposición a radiación ionizante y un estilo de vida poco saludable.
Hábitos saludables
La prevención del cáncer de mama también implica la adopción de hábitos de vida saludables, como mantener una dieta equilibrada, realizar ejercicio regularmente y limitar el consumo de alcohol. Una alimentación equilibrada que incluya una variedad de frutas y verduras, especialmente aquellas con propiedades antioxidantes como el brócoli, las fresas y los arándanos, puede contribuir a reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Estos alimentos proporcionan nutrientes esenciales y compuestos que pueden ser beneficiosos para la prevención del cáncer de mama.
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