Cómo preparar un retorno seguro a las oficinas
La pandemia cambió sustancialmente la forma en que trabajamos, y ha provocado en todos comprensibles temores y ansiedades. La adaptación ha sido clave para que podamos seguir funcionando, y esa misma capacidad de adaptarse tiene todavía varios retos por delante, de cara a los meses que vienen. Por ejemplo, poco a poco más trabajadores irán regresando a sus centros de trabajo en condiciones nuevas, y con emociones y temores particulares que se deben enfrentar.
En este escenario, ¿cómo organizar el futuro regreso y ofrecer a la vez seguridad y tranquilidad a los trabajadores, manteniendo el clima y la productividad? Milagros Zegarra, Directora de Recursos Humanos de Sudamérica en Herbalife Nutrition, nos comparte brevemente sus recomendaciones y experiencias sobre esta etapa, analizando las medidas aplicadas en países que ya pasaron esta etapa donde tiene presencia la marca.
– Equipo al centro: La estrategia de regreso a la oficina tiene que basarse en las condiciones particulares de cada país. Pero hay un elemento clave en todos los casos de éxito: las empresas que colocan al trabajador como centro y prioridad de los esfuerzos, tendrán más oportunidades de salir de la crisis con mayor fuerza y velocidad. Un liderazgo con un propósito y roles claros, que sea visible, empodere y vele constantemente por el bienestar, será determinante. Si nuestra gente está bien, los buenos resultados de la operación serán una consecuencia.
– Comunicación: la comunicación entre la compañía y el colaborador es muy importante para mantener una sensación de pertenencia y conexión sólidas. Muchas empresas combinarán aforos muy reducidos y teletrabajo para el paulatino regreso a las oficinas. Mantener la integración es clave. Para ello, se requiere una comunicación activa e informativa de cómo se está viviendo cada semana, qué decisiones se toman, qué acciones tomará la empresa. Está demostrado que, en estas situaciones, los colaboradores suelen validar prioritariamente la información de sus empresas antes que la de cualquier otra fuente. Además, monitorear con frecuencia cómo se sienten las personas, de manera directa y una por una, permitirá tomar mejores decisiones.
– Protocolos: se recomienda que las empresas analicen las situaciones que usualmente se presentaban en su oficina, y determinen cómo actuar acorde con las nuevas normas de seguridad y salud. Desde el ingreso del personal, pautas generales de limpieza e higiene, manejo documentario, trato hacia las otras personas, monitoreo uno a uno de situación de cada colaborador, planes de contingencia, etc. Todo debe estar mapeado y constantemente comunicado.
– Infraestructura: el lugar mismo de la oficina tiene que ser adaptado. Esto debe facilitar cumplir con protocolos como distanciamiento o lavado permanente de manos. Igualmente, adaptar la infraestructura para cumplir permanentemente los protocolos y nuevos hábitos que todos debemos mantener. La novedad de estos hábitos requiere que se nos recuerden permanentemente.
El paulatino regreso a las oficinas será un nuevo reto que nos plantea la crisis sanitaria. Debemos tener claro que mientras no exista una vacuna todo seguirá en constante cambio y seguirán existiendo riesgos. Por ello todas las normas y protocolos deben ser permanentemente revisados para evaluar cómo están funcionando o cómo podrían funcionar mejor.
Como siempre ocurre, los retos más difíciles suelen también fortalecer a los equipos que están bien integrados y que tienen los objetivos y propósitos claros, y sacar lo mejor de ellos.