¿Cómo gestionar las emociones que nos trae el fin de año?
Cuando llega diciembre empezamos a pensar en reuniones familiares y en reencontrarnos con los amigos que no pudimos ver todo el año, quizás por el trabajo o las complicaciones del día. Es una época esperada a fin de año y que nos pone más sensibles y afectuosos. Especialmente en este año, en que extrañamos tanto el contacto con amigos y familiares que no viven con nosotros.
Se acercan las fiestas navideñas y de fin de año y en esta ocasión serán diferentes debido a la pandemia y al distanciamiento social. No solo nos veremos obligados a distanciarnos por atención a las normas sino también a regular, e incluso contener, nuestras emociones y deseos, buscando nuevas maneras de expresar nuestros afectos. Debemos reconocer que esto nos genera y ha generado estrés.
Abruptamente entramos en una situación nueva y difícil de comprender, pues no la hemos vivido antes; amenazante y peligrosa que se extiende rápidamente en todo el mundo, y que genera incertidumbre pues no se sabe qué va a pasar. Y nos forzó a adaptarnos y nos estamos adaptando hace más de nueve meses pues cambian los escenarios y las reglas. Hoy, en estas fiestas, se requiere hacerlo nuevamente y no bajar la guardia. Pero, ¿Qué hacemos con nuestras emociones?
¿Cómo podemos hacer frente a estos sentimientos? Hortensia Casanova, Gerente de Servicios de Psicología y Consultora de LHH DBM Perú, nos da algunas recomendaciones.
En primer lugar, debemos identificar cómo nos ha afectado a nosotros y a quienes nos rodean. Muchos pueden ser receptores silenciosos, aunque internamente vivan los sentimientos con intensidad. Otros pueden tener reacciones que no comprenden, relacionadas a estos sentimientos no reconocidos.
Especialmente los niños, son sensibles a lo que oyen y ven en televisión, quizás no entiendan este cambio ni sus propias emociones y las expresen a través del juego, el dibujo o la conducta. Debemos estar atentos a ellos, fomentar que se comuniquen y totalmente disponibles a escucharlos activamente (dejando por un momento nuestras actividades y el celular).
En general, a todos nos sirve hablar con alguien y es importante favorecer que los demás lo hagan: puede ser un amigo, un familiar, alguien de confianza o buscar un profesional. Ayudará a comprender que muchos sentimos lo mismo.
Al conversar, es importante escuchar atenta y activamente, comprender y aceptar esas emociones, sin apresurarse en calmar y dar una solución.
Por otro lado, la pandemia nos ha obligado a recurrir y a valorar aquello con lo que contamos para enfrentar esta situación y ha puesto a prueba nuestra capacidad de adaptación a estos cambios.
Este año nos ha exigido estar mucho más conscientes de nuestras acciones, para medir la consecuencia de nuestros actos, a ser más responsables y resilientes. No negamos que ha sido difícil estar dentro de casa, adaptarnos a espacio limitados, compartir con nuestra familia las 24 horas y evitar el contacto con otras personas. Somos seres sociales, muchos necesitamos compartir con otros.
Más aún, llegamos a fin de año exhaustos de tantos cuidados, privaciones y distanciamientos. Incluso dificultades a nivel laboral, económico y con pérdidas de personas significativas en muchas familias.
¡Si hasta ahora hemos podido recuperarnos, sacando fortaleza y reinventándonos con ayuda de la virtualidad. También para estas fiestas, tenemos que desarrollar una manera diferente de expresar nuestro amor y cariño con la prevención. Aceptando nuestra vulnerabilidad y el miedo que tenemos a la enfermedad y no actuar con temeridad. Ello implica empatía con los demás, generosidad de parte nuestra, solidaridad con todos y compromiso para esforzarnos.
Por último, recomienda que nos enfoquemos en las experiencias positivas que hemos vivido o recuperado. Podemos tener esperanza y crear un ambiente de optimismo e intimidad en el núcleo familiar. Probablemente vivamos esta Navidad y Año Nuevo con más calma y con la oportunidad de estar más cerca emocionalmente de aquellos con quienes convivimos y de aquellos seres queridos distanciados físicamente pero cerca a través de reuniones virtuales. Ese ha sido un nuevo aprendizaje que hemos incorporado; como todos estamos escuchando, la virtualidad ha llegado para quedarse.