Cómo el ejercicio físico ayuda a reducir el dolor de la artrosis de rodilla

Para lograr una vida saludable la población debe tomar conciencia de la importancia del ejercicio físico como una medida para prevenir múltiples enfermedades, entre ellas, la diabetes, enfermedades cardiovasculares o demencia. Sus beneficios sobre las enfermedades musculoesqueléticas han sido demostrados, en particular, sobre la artrosis.

La artrosis es la más común de las enfermedades reumáticas. Esta se produce por el desgaste del cartílago que recubre la superficie de dos huesos vecinos, lo cual produce dolor y limitación funcional. En la población, entre los 55 y 75 años de edad, el 10% tiene artrosis de rodilla y el 3% padece artrosis de cadera.

«El síntoma de la artrosis de rodilla es el dolor que se inicia de manera intermitente, característico al subir o bajar escaleras. Es frecuente que, a lo largo de los años, si no se reciben los cuidados médicos oportunos, el dolor será progresivo y permanente, pudiendo originar limitaciones en las actividades de la vida diaria», mencionó el Dr. Héctor Quevedo Solidoro, reumatólogo de la Clínica Stella Maris.

Los tratamientos actuales de artrosis de rodilla son:

– Evitar las actividades laborales o deportivas que produzcan traumas repetitivos.

– En las personas obesas, se debe reducir al menos el 10% del sobrepeso, para lo cual debe tener la asesoría de un nutricionista.

– Ejercicios físicos que tienen como finalidad el fortalecimiento muscular, mantener la función de la rodilla y reducir el dolor. Los ejercicios pueden ser indicados en un Servicio de Rehabilitación o prescritos por el médico tratante.

– Los ejercicios físicos consisten en caminatas de 30 minutos diarios, 5 veces a la semana.
– Las actividades físicas de los quehaceres cotidianos no se consideran ejercicio físico recomendado.

El especialista reveló que, en múltiples investigaciones científicas, se ha reportado que los pacientes que realizan ejercicios físicos con regularidad manifiestan una reducción del dolor, por lo cual, recomienda que los ejercicios físicos se realicen de una manera progresiva, tratando de que el paciente esté físicamente acondicionado para que pueda alcanzar el tiempo indicado y la frecuencia semanal.

Los tratamientos medicamentosos aceptados son los antiinflamatorios no esteroideos aplicados en forma tópica o vía oral. Estos tratamientos deben ser supervisados para evitar eventos adversos gastrointestinales, renales o cardiovasculares. Son útiles las infiltraciones articulares con corticoides de depósito. El empleo de prótesis articulares para rodilla o cadera está indicado cuando el dolor es intratable o existe una limitación severa en las actividades cotidianas.

El Dr. Héctor Quevedo recalca que, en el tratamiento de artrosis, la clave está en adoptar una vida activa con ejercicios regulares y entender que no es necesario ser un atleta para cuidar la salud de nuestras articulaciones. Es fundamental que tanto jóvenes como adultos, integren hábitos de ejercicios moderados en su rutina diaria, lo que a largo plazo les permitirá disfrutar de una vida más plena y saludable.

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