Claves para cerrar el año con equilibrio y bienestar

El cierre del año suele venir acompañado de una mayor carga laboral, cumplimiento de objetivos, planificación del siguiente periodo y un componente emocional propio de las fiestas. En este contexto, diciembre se convierte en uno de los meses más retadores para los trabajadores, donde el cansancio acumulado y el estrés pueden impactar tanto en el desempeño como en el bienestar personal.

Desde su experiencia en gestión de personas, Luis Felipe Olivencia, gerente de Personas de Bimbo Perú, señala que el estrés de fin de año no siempre se manifiesta de forma visible, pero sí es una constante en muchos equipos.

"Diciembre concentra exigencias operativas y emocionales. Como organizaciones, tenemos la responsabilidad de acompañar a las personas para que el cierre del año no se traduzca en agotamiento, sino en un proceso más ordenado y sostenible", afirma.

Con ese enfoque, el ejecutivo comparte una serie de recomendaciones prácticas que buscan promover un cierre de año laboral más saludable, sin perder el foco en los resultados.

1. Prevenir el desgaste antes de que se haga visible

El agotamiento de fin de año no siempre se manifiesta de forma inmediata, pero suele acumularse progresivamente a lo largo de los meses. Señales como dificultad para concentrarse, irritabilidad, baja energía o menor motivación pueden aparecer incluso en colaboradores altamente comprometidos. Identificar estos indicios a tiempo y realizar ajustes en la carga de trabajo, los ritmos de la jornada o las prioridades permite prevenir impactos mayores en la salud física y emocional. La prevención del desgaste no solo protege a las personas, sino que contribuye a sostener equipos más enfocados, productivos y comprometidos durante el cierre del año.

2. Gestionar prioridades con realismo y foco

En el cierre del año, la acumulación de pendientes puede generar una sensación constante de urgencia. Revisar prioridades, definir entregables claros y dividir los objetivos en acciones concretas y alcanzables permite avanzar con mayor control y claridad. Este enfoque ayuda a reducir la presión innecesaria, mejora la toma de decisiones y disminuye el estrés asociado al cumplimiento de metas.

3. Promover límites y una desconexión responsable

En periodos de alta demanda, respetar horarios razonables y promover una desconexión consciente fuera de la jornada laboral es fundamental para prevenir el desgaste sostenido. Establecer expectativas claras sobre tiempos de respuesta y cargas de trabajo contribuye a equilibrar productividad y bienestar, evitando que la exigencia se prolongue más allá de lo saludable.

4. Reforzar la escucha y el acompañamiento desde el liderazgo

Las conversaciones abiertas entre líderes y equipos adquieren un valor clave en esta etapa del año. Escuchar activamente, orientar de manera oportuna y brindar contención cuando es necesario fortalecer la confianza y refuerza un entorno laboral más cercano, donde las personas se sienten acompañadas y comprendidas.

5. Fortalecer el trabajo colaborativo y el reconocimiento

Distribuir responsabilidades de forma equitativa, reconocer los esfuerzos realizados y mantener una comunicación respetuosa contribuye a reducir tensiones y a sostener el compromiso colectivo en momentos de presión. El reconocimiento oportuno no solo valora el desempeño, sino que refuerza el sentido de equipo y propósito compartido.

Olivencia destaca que el bienestar emocional no debe entenderse como un esfuerzo individual aislado, sino como parte de una cultura organizacional sólida: Cuidar a las personas es una responsabilidad compartida. Cuando el bienestar es una prioridad, los equipos pueden cerrar el año con mayor claridad y equilibrio.

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