Ciberseguridad en el aula
La costumbre de hacer las tareas escritas a mano, el recurso de acudir a la biblioteca más cercana para consultar los libros de texto impresos e informes en papel ya fue reemplazado por el aprendizaje digital. Hoy, los estudiantes suelen hacer la tarea, comunicarse con compañeros y hasta con sus profesores, consultar sus notas y materiales escolares, íntegramente a través de Internet.
Los tiempos cambiaron y, sin caer en el debate de si es para mejor o peor, la conectividad llegó al aula como una herramienta clave para el aprendizaje. Al mismo tiempo, es importante reconocer que los peligros en la red existen y todos estamos expuestos a ellos, grandes y chicos.
Ciberacoso. El acoso escolar, o bullying, ha traspasado la frontera física para volcarse al mundo virtual y viceversa: muchas burlas comienzan en las redes y luego se materializan en el aula. El acceso de niños y adolescentes a ordenadores, móviles y tablets con conexión a Internet facilita las agresiones en cualquier momento y lugar y, además, con mayor posibilidad de anonimato. Este tipo de acoso se realiza a través de mensajes de texto, mails, imágenes, videos y otras publicaciones ofensivas en redes sociales.
Sexting. Se define así a la acción de enviar fotografías, audios o videos de carácter sexual, generalmente a través del teléfono móvil. Detrás del sexting se encuentran casos de venganza, abuso y chantaje económico, emocional o sexual. Esta modalidad puede originar un daño emocional ya que podría deteriorar la reputación de la persona que envía el material de índole sexual.
El rol de los educadores en la era digital
Los jóvenes suelen saber más de informática que los adultos, y en el caso específico del ámbito escolar, suelen estar más preparados y con mayor conocimiento que sus maestros, profesores y superiores escolares. En la era digital en la que vivimos, los chicos saben usar absolutamente todos los programas y dispositivos digitales, y están al tanto de todas las apps y comunidades en línea que se ponen de moda. Definitivamente, corren con ventaja con relación al manejo y conocimiento tecnológico de los adultos, ya sean padres, tutores o docentes.
Prohibir totalmente los dispositivos digitales en el ámbito escolar no parece ser la solución más adecuada. La tecnología convive con nosotros y cada vez está más presente en los ámbitos y acciones diarias, y la escuela no es una excepción. Es importante que el docente esté más preparado en materia tecnológica, pero que además no rechace la existencia de la tecnología en el aula, sino que busque amigarse con ella y entender que es parte del estilo de vida de las nuevas generaciones.
Más diálogo y mejor control de la seguridad en línea
Un informe elaborado por Unicef y Google asegura que Argentina es el país de América Latina donde a edad más temprana los niños acceden a un celular. Los chicos comienzan a usar dispositivos móviles antes de los 9 años y en el 46% de los casos, empiezan a pedirlo a los 7 años o antes. Otro dato importante es que un 60% de los chicos argentinos usa WhatsApp durante unas cinco horas y media diarias promedio. La tendencia es clara, y más allá del debate sobre si está bien o mal que los chicos estén frente a una pantalla desde edades tan tempranas, hay que tomar conciencia de los peligros que esto significa una vez que ya tienen el dispositivo en su poder y navegan en la red.
El diálogo de los adultos con los chicos es clave, a lo que hay que sumarle mayor control y seguridad sobre los dispositivos tecnológicos. En el caso de los docentes, su función pasa por ayudar a los estudiantes a entender cómo funciona Internet, informarlos acerca de los peligros que existen y acompañarlos para fomentar el buen uso de las redes sociales. Todo esto servirá para disminuir los riesgos, pero no hay que ser ingenuos. Los cibercriminales y acosadores de menores están casi siempre un paso adelante, a la espera de una oportunidad para actuar. Es por ello que debemos estar muy atentos a lo que hacen nuestros chicos con los dispositivos y en Internet.