Características para el desarrollo de una ciudad inteligente
El próximo 31 de octubre se celebra el Día Mundial de las Ciudades, que trae conceptos de espacios seguros y sostenibles. En ese sentido, las metrópolis tienen el gran reto de avanzar hacia un modelo inteligente que garantice no solo una operatividad permanente, sino una calidad óptima a las personas que habitan en ellas. Para esto, es necesario realizar un ejercicio de prospectiva cada vez más riguroso, en donde se involucre la participación tanto de los gobiernos como de las entidades públicas y privadas.
Según estimaciones proporcionadas por la ONU, se espera que más del 68% de la población mundial viva en núcleos urbanos para el año 2050. Por lo tanto, esta demanda seguirá exigiendo la implementación de nuevas tecnologías para satisfacer los elementos y factores que hacen posible que una ciudad pueda ser incluida dentro del estándar como inteligente.
Para CINTEL – ICT Research and Development Center, una ciudad se considera inteligente cuando adopta soluciones intensivas en TIC y desarrolla la capacidad de crear, recopilar, procesar y transformar la información para hacer sus procesos y servicios mejores y más eficientes, permitiendo mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
Para conmemorar esta fecha, Schneider Electric, empresa líder en automatización y gestión eficiente de la energía, ha definido cuatro características para el desarrollo de las ciudades inteligentes y para estar a la vanguardia del nuevo mundo.
1. Gestión inteligente de la energía: Sin duda, la vinculación de tecnologías dentro de los diferentes ecosistemas de las ciudades está generando un mayor consumo de recursos. Por esto, será vital la gestión inteligente de la energía en la medida en que se controle la disponibilidad, el uso y calidad para los procesos. ¿Pero cómo es posible lograrlo? En esta coyuntura, la digitalización ayudará a ahorrar costos operativos al permitir la monitorización de todo el sistema eléctrico, incluyendo la climatización, la iluminación y otros.
Por ejemplo, el alumbrado público para zonas no tan concurridas puede manejarse con una plataforma llamada EcoStruxure, que permitiría controlar, medir y proporcionar un servicio de calidad, ahorrando costos e incluso previniendo accidentes de sobrecarga eléctrica.
Así como también, el manejo que se le da en las diferentes edificaciones públicas o privadas como hospitales, en donde debido a sus procesos deben tener un servicio continuo. Aquí, los sistemas digitalizados de la energía y la climatización podrían proporcionar automáticamente actualizaciones y alertas en tiempo real a los equipos del personal.
2. Soluciones sostenibles con el medio ambiente: La mitigación del cambio climático y las prácticas sostenibles para la reducción de la huella de carbono es otra de las características que toman mayor fuerza para el desarrollo de las ciudades inteligentes.
Nos encontramos en un momento determinante para desarrollar iniciativas y proyectos con los que podemos generar unos índices de descarbonización positivos. Prácticas como el reciclaje, pero más aún la implementación de sistemas o productos hechos con materiales reciclados, que tengan un ciclo de vital útil reutilizable, serán la mejor opción.
3. Reducción de la brecha tecnológica: La pandemia fue una de las coyunturas que hizo una pausa en el desarrollo productivo de las ciudades inteligentes, pero se convirtió en una oportunidad y surgió una necesidad para reducir la brecha tecnológica y crear dispositivos que estén interoperados.
Aquellas ciudades que han integrado tecnología, datos, inteligencia artificial, ejercicios de prospectiva para su administración, además del respeto por el medio ambiente, la sostenibilidad, reducción de la huella de carbono, entre otros aspectos, tienen un camino recorrido, más sin embargo una ciudad inteligente debe proporcionar un servicio de conectividad a internet completo.
4. Mantenimiento: Esta se convierte en la última y no menos importante característica dentro de la gestión de las ciudades inteligentes, pues incluye una relación directa con los costos y el ciclo de vida. Por ejemplo, las edificaciones tienen diferentes fases en su ciclo de vida, la fase final ocupa un lapso mayor, de aproximadamente 40 años o más, que es el funcionamiento en sí de las operaciones, mantenimiento y uso.
El no realizar un seguimiento o mantenimiento, tiene un impacto con las condiciones de seguridad, el bienestar de las personas y hasta la valorización o aumento del valor de los activos. Por lo que, para que el funcionamiento de cualquier segmento de una ciudad sea evolutivo, es importante contar con empresas o participantes que permitan darle un seguimiento y mantenimiento a la tecnología implementada.
Cabe resaltar que Latinoamérica es un mercado atractivo en donde se continuará invirtiendo en tecnologías de administración y sostenibilidad que ofrezcan más valor. Por ejemplo, en ciudades de Colombia como, Bogotá, Cali, Medellín y Barranquilla ya han implementado proyectos Smart para el desarrollo de infraestructuras inteligentes y en este proceso las próximas en estar dentro de este grupo están Bucaramanga, Santa Marta, Manizales y Cúcuta.