
Calvicie masculina: Causas comunes y cómo prevenirla
La caída del cabello es un problema que afecta a hombres de todas las edades y, en muchos casos, puede comenzar incluso desde los 20 años, especialmente cuando existe predisposición genética. Identificar las causas a tiempo y recibir orientación profesional permite frenar el avance y mejorar la salud capilar desde un enfoque preventivo.
"Si bien la genética es la causa principal, factores como los hábitos diarios, el estrés intenso, las deficiencias nutricionales y un cuidado inadecuado pueden acelerar la caída del cabello. Por eso, un diagnóstico oportuno del cuero cabelludo es clave: nos permite saber qué productos usar, qué servicios evitar y cuándo es necesario derivar al cliente con un dermatólogo", explica Carla Ramos Obregón, docente del Programa de Estilismo de la Escuela de Belleza y Estética del Instituto Carrión.
Errores cotidianos que dañan tu cabello
Muchas veces, nuestros propios hábitos contribuyen al problema sin que nos demos cuenta. Según la especialista, estas son las prácticas más perjudiciales:
Mala alimentación y estrés: Las dietas restrictivas o desequilibradas privan al cabello de nutrientes esenciales. El estrés crónico también puede desencadenar una caída temporal, pero significativa del cabello.
Descuido del cuero cabelludo: El uso excesivo de químicos fuertes y una higiene inadecuada (ya sea por exceso o por falta) pueden obstruir los folículos y afectar el crecimiento del cabello.
Peinados y manipulación agresiva: Los peinados muy ajustados, cepillar el cabello mojado con fuerza y el uso excesivo de herramientas de calor (secadores, planchas) debilitan el cabello y pueden dañar los folículos.
Tratamientos profesionales que funcionan
La buena noticia es que existen alternativas para controlar y, en algunos casos, revertir la caída del cabello. Ramos destaca tres tratamientos profesionales efectivos:
Minoxidil tópico: Se aplica en el cuero cabelludo para mejorar la circulación local y estimular el crecimiento capilar en todo su esplendor.
Detox capilar: Limpia profundamente el cuero cabelludo, eliminando exceso de sebo, residuos de productos y células muertas para favorecer la oxigenación.
Peeling capilar: Desobstruye los folículos usando exfoliantes suaves o enzimáticos, lo que mejora la circulación y fortalece el crecimiento.
El resultado de estos procedimientos se potencia con hábitos de higiene adecuados: lavar el cabello con la frecuencia necesaria según el tipo de cuero cabelludo, realizar un doble lavado, masajear suavemente con las yemas de los dedos y enjuagar completamente para evitar irritaciones y acumulaciones. Además, el uso de acondicionador solo en medios y puntas, junto con mascarillas hidratantes semanales, ayuda a proteger la fibra capilar del quiebre.
En cuanto a la recuperación, es posible recuperar volumen y grosor siempre que el folículo esté vivo. En los casos provocados por estrés la mejora puede ser completa.
"Un diagnóstico profesional evita errores comunes, como usar productos inadecuados o aplicar tratamientos que no corresponden a tu tipo de cuero cabelludo; ahí es donde el estilista técnico marca realmente la diferencia", concluye la especialista del Instituto Carrión.



