Buenas prácticas que toda empresa debe aplicar
Las personas como las empresas experimentan en esta nueva realidad en que vivimos por la pandemia del COVID-19, un clima de mucha incertidumbre y tensión, en el que la conectividad permanente es el común denominador. La generación de nuevas estrategias en diferentes ámbitos de la sociedad, se orientan a reaccionar y hacerle frente a la nueva realidad, asegurando así la continuidad y mejora de la calidad de vida de los individuos, de los grupos y de las organizaciones, que se constituyen en los pilares del progreso de los países. En este contexto, surge en el Perú el derecho a la desconexión digital laboral, con el Decreto de Urgencia Nro. 127-2020.
«La desconexión digital laboral, es el derecho de los colaboradores a desconectarse de los medios y dispositivos electrónicos empleados para la prestación de servicios, fuera del horario de trabajo», dijo Sara Soto, profesora de la carrera de Psicología Organizacional de la Universidad ESAN.
Las empresas deben evidenciar una cultura con alta orientación a las personas y promocionar hábitos saludables para que los trabajadores no sean esclavos digitales.
Se debe empezar por generar conciencia sobre los efectos físicos, mentales y psicosociales, generados por escenarios de conectividad permanente, que eleva los niveles de tensión, disminuye la calidad de sueño e impacta en las relaciones interpersonales.
Una de las buenas prácticas está asociada al fortalecimiento de la comunicación interna.
Las empresas a través de los canales formales de comunicación deben informar de manera detallada y clara sobre la importancia del uso adecuado de las nuevas tecnologías, la importancia de desconectar y las pautas del uso saludable, para reforzar las nuevas reglas que contiene el derecho a la desconexión digital.
Crear explícitos es otra práctica que se debe implementar, y que se relaciona con el establecimiento de medidas formales y concretas sobre el derecho a la desconexión digital en las empresas a través de una normatividad vigente.
Otra práctica se relaciona con el brindar canales de apoyo y retroalimentación oportunos (tecnológicos y humanos) para atender las demandas y/o consultas que sean necesarias resolver para el logro de los objetivos, generando en los colaboradores la confianza y seguridad para alcanzar los indicadores de desempeño en el horario laboral establecido.
Regular los accesos a los sistemas de información e informáticos de la empresa durante el periodo de descanso o término de la jornada laboral de los colaboradores, permitirá la planificación diaria de las actividades. Recomendó evaluar el clima laboral en el escenario de la desconexión digital, elaborando una encuesta sobre aspectos formales, personales y de logro de resultados.
Esta información permitirá conocer cómo perciben los colaboradores en general el vínculo de reciprocidad: persona-organización en los escenarios actuales, para poder tomar las acciones que afiancen estos lazos y repercutan positivamente en la efectividad empresarial.