Bayer y CIP se unen por los pequeños agricultores
El cambio climático en los Andes está ocurriendo literalmente en primera línea. No solo la incidencia y la intensidad de sus efectos son más pronunciadas en comparación con otras regiones, sino que también está ocurriendo en una geografía que alberga la mayor variedad de biodiversidad de montañas del planeta y donde la agricultura se realiza a la mayor altitud en todo el mundo.
Los extremos climáticos han perfilado los saberes ancestrales de la agricultura familiar, campesina e indígena y sus prácticas de manejo en la región andina.
Debido al cambio climático hay al menos 13 de los 107 parientes silvestres de la papa actualmente en riesgo. Además, la frontera altitudinal de la agricultura andina se ha elevado 300 metros cuesta arriba en las últimas 3 décadas, tratando de minimizar las pérdidas de cultivos por temperaturas más altas, plagas y enfermedades. El volumen de carbono potencialmente liberado por este cambio de uso de suelo es equivalente a los volúmenes derivados de la deforestación en la Amazonía.
A pesar de este hecho, las reservas de carbono en los suelos altoandinos han recibido poca atención por parte de investigadores, formuladores de políticas y tomadores de decisión. Esto crea una oportunidad fundamental para la conservación y el uso sostenible de la agrobiodiversidad.
Bayer apoya el desarrollo de la Iniciativa Andina del CIP, inicialmente en Perú, Ecuador y Bolivia que a lo largo del 2020 ha tenido una exitosa implementación, proporcionando herramientas para proteger la agrobiodiversidad, promover dietas saludables y aumentar la productividad y la resiliencia climática van de la mano. El CIP se centró en las interconexiones entre el cambio climático y el uso sostenible de la agrobiodiversidad en geografías extremas y clave, ofreciendo una ‘canasta de opciones’ para la adaptación local y la incidencia de políticas basadas en modelos y pronósticos a escala regional.
Bayer y el CIP exploran otras áreas de colaboración mediante transferencia de tecnología e investigación conjunta en el Manejo Integrado de Plagas (MIP) en papa y camote, estrategia para secuestrar el carbono del suelo y mantener su buena salud y finalmente el apoyo a las iniciativas de agricultura digital que desarrolla en este momento el CIP, mediante cursos en línea donde se promuevan las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA).
Estefanía Laucata y Raquel Huamán, estudiantes del Colegio Técnico Agropecuario de Patacancha en Cusco, Perú, son algunas de las beneficiarias de los programas de la educación técnica impartida por la Iniciativa Andina y quienes resaltan que este respeta y valora su identidad cultural, mientras potencia sus capacidades con herramientas digitales. Su testimonio puede ser visto aquí: Jóvenes, educación rural y digitalización (audio en Quechua)
La alianza se enfocará en desarrollar el marco general de la Iniciativa Andina, con el mayor potencial de complementariedad e impacto de múltiples partes interesadas a través de la ciencia para la co-innovación. El propósito es delinear los objetivos, hitos, sitios de acciones clave, metas y asociaciones por área temática, así como una metodología para aumentar la resiliencia climática y medir el impacto en los pequeños agricultores. La Iniciativa Andina es una plataforma regional de innovación diseñada para preservar la agrobiodiversidad única de los Andes, promover dietas saludables y construir un futuro resiliente al clima. Se lanzó oficialmente el 22 de julio de 2020.