Argentina, Chile y Perú avanzan en tendencias de automatización
La tecnología tomó protagonismo en la pandemia no solo en nuestra vida diaria, sino también -y, sobre todo- en las industrias. Gustavo Zecharies, vicepresidente de Rockwell Automation para Latinoamérica, reconoce que muchos clientes ahora toman mucho más en serio la digitalización y automatización de sus operaciones.
Esta transformación digital a nivel industrial comprende una serie de soluciones, algunas en marcha y otras que serán indispensables en el futuro. En la trigésima edición de la Automation Fair que se desarrolló recientemente en Houston, se pudo ver muchas de las tendencias en diferentes sectores. Pasos firmes hacia una Industria 5.0.
Para Zecharies, esta evolución se viene dando porque las empresas están llevando sus procesos, no solo a la automatización y al monitoreo, sino también a la autonomía de sus equipos. «Gracias a estas herramientas las empresas pueden operar sus procesos de manera remota, digital y eficiente».
Otro punto fundamental en este viaje digital es cómo esa línea entre las operaciones de IT (software) y OT (operación) está desapareciendo. «Ahora solo se llama T (Tecnología), porque ya no existen diferencias. Eso es muy revelador. No hay diferencias entre estos dos puntos. Las operaciones y la conectividad son parte integral de una máquina», explicoì.
Allí es donde Rockwell Automation entra a tallar gracias a su experiencia de más de 100 años en el sector, con todo un abanico de soluciones enfocadas a soportar tanto el control de automatización y monitoreo de máquinas, como a mejorar sus procedimientos y mantenimientos predictivos. Bajo ese contexto, agregoì que Rockwell Automation ha estado adquiriendo tecnologías nuevas, como Fiix, enfocada a la parte de mantenimiento y Flex Systems, dirigida a la oferta de software de la nube; ambas, enfocadas en aumentar su oferta automatización industrial y soluciones de informática.
Entre los sectores con un gran potencial para beneficiarse de las soluciones digitales y de automatización, Zecharies menciona cuatro principales: «Alimentos y bebidas tiene mucho potencial, es una industria en evolución que requiere de mayores controles de calidad. La industria de petróleo y gas aún tiene mucho futuro y ya estamos viendo una reactivación en las inversiones. La parte farmacéutica tiene el reto de producir a gran escala como resultado de la pandemia; y finalmente, la minería, con la expectativa de una mayor producción de litio y cobre», explicoì.
¿Cómo van nuestros países?
Luciano Marrazzo, director regional del cono sur para Rockwell Automation, nos da una visión más local de lo que viene sucediendo en Chile, Argentina y Perú. Indica que muchas de las inversiones que venían rezagadas a nivel planta se están empezando a ejecutar con mayor rapidez.
En cuanto al ritmo de cada país, en el cono sur es un poco dispar, señala, ya que no todos están en el mismo lugar. «En Chile vemos mucho la implementación de infraestructura de redes, ciberseguridad, e inversiones de alto nivel, sobre todo en la industria minera», indica Marrazzo.
Además de la minería, en Perú se ve un avance marcado en cemento, ya que la construcción creció mucho de la mano de la pandemia. Las empresas ven la necesidad de conectar sus sistemas de producción con sus sistemas de gestión y en algunos casos conectarlo con sus clientes, anota.
En Argentina se ve mayor interés desde industrias como consumo, y petróleo y gas, donde hay buena automatización a nivel maquinaria y las inversiones van a nivel de gestión. «Buscan extraer más información del piso de planta para accionar y generar ahorro, y así potenciar la productividad».
Pero a manera general la tecnología es fácilmente adaptable a todas las industrias, al ser flexible y elástica. Otros sectores que resaltan en la región son farmacéutica, acero y automotriz.
A nivel global
Marrazzo sostiene que para medir el avance de la región y compararlo con el estándar a nivel mundial hay que entender que hay dos tipos de compañías. Por un lado están las que tienen casas matrices en el exterior y ostentan un nivel de automatización muy fuerte. Por ejemplo, empresas mineras y de petróleo, donde la automatización es necesaria.
Por otro lado, hay empresas más chicas de capitales locales donde se encuentra mayor diversidad sin embargo el nivel de automatización es un poco menor. «No estamos tampoco tan atrás, pero sí diría que las tendencias en Estados Unidos y Europa terminan ocurriendo en los países del cono sur dos o tres años después». Finaliza diciendo que la región tiene un camino grande por recorrer. Y se espera en un futuro cercano grandes inversiones en compañías de minería y petróleo.