Aprovechar la cuarentena para desarrollar el lenguaje de tu hijo
Estas semanas de cuarentena las podemos aprovechar reforzando el lenguaje de nuestros pequeños hijos de manera didáctica y lúdica. La magíster María Lucero Ugaz Santiváñez, docente de la Facultad de Ciencias de la Educación y especialista en formación inicial de la Universidad de Piura, nos brinda algunos tips para poder desarrollar el vocabulario de nuestros menores.
Hay que tener en consideración que el niño, al comienzo, desarrolla un vocabulario receptivo, que responde al almacenamiento de toda la información que recibe:
“En esta primera etapa se desarrolla la necesidad de dotar al niño de un primer nivel de comprensión, que le permitirá entender las cosas a medida que las va conociendo de manera natural, antes de solicitar su expresión. Más adelante, es importante enseñarle las características de cada objeto para poder diferenciarlos y así vaya clasificándolos”.
1. Empieza con el nombre de los objetos
Debemos iniciar por un vocabulario relacionado con el entorno inmediato del niño, lo cual implica, no sólo añadir nuevas palabras, sino profundizar en el significo de las que ya van adquiriendo. De esta manera, para desarrollar el nombre de los objetos podemos tomar en cuenta las partes de la casa. Por ejemplo, empezar con la cocina y dentro de ella, enseñarle los utensilios, frutas o verduras, de forma sistemática y modelarle procesos de clasificación. La especialista de la UDEP recomienda hacerlo de manera natural con simples preguntas. Por ejemplo, podemos decirle al niño: vamos a hacer una ensalada de frutas, ¿qué frutas tenemos en la cocina? De esta manera, hacemos que el menor responda al nombrarlas, agruparlas y categorizar las palabras progresivamente por familias o clases semánticas.
2. Sigue con las acciones
Otro ejercicio interesante es reforzar las acciones a través del juego, aprovechando el espacio y los objetos que tengamos en casa. Por ejemplo, podemos decirle al niño: Juguemos a correr, dar vueltas, a escondernos. O vamos a cocinar, hacer un postre, pintar. Ugaz señala la importancia de la acción y la puesta en práctica para reforzarla
3. Aprende las cualidades de las cosas
Así como es importante enseñarle las acciones (verbos) y los nombres de los objetos, también es necesario que aprendan las características de ellos (adjetivos). Siguiendo el ejemplo: Una vez que el niño ya empezó a clasificar e identificar las frutas y verduras, es importante comenzar a desarrollar sus características, como colores, sabores y formas. Para ello, es importante que experimenten e identifiquen las características, como probar el sabor de las frutas y decir sus características, si les gustó o no les gustó.
4. Realiza juegos Onomatopéyicos
En el caso de los niños más pequeños, que todavía no pueden pronunciar bien las palabras, se recomienda utilizar estos tipos de juegos que permiten imitar los sonidos de los animales y de las cosas, asociados a imágenes, títeres y objetos. De esta manera, vamos preparando el niño para que aprenda nuevos fonemas.
Lo importante es no confundir esta práctica con un mal empleo del lenguaje. Se recomienda no hablar al niño en diminutivos para evitar que aprenda mal las palabras. Para mejorar la expresión es primordial que el menor desarrolle la imitación. No solo es importante que el adulto hable correctamente para que el niño repita; es necesario que el padre o la madre corrijan, en caso fuera necesario, con la palabra adecuada, sin decirle así no se dice, este proceso se denomina modelando la producción verbal del niño.
5. Refuerza el desarrollo morfosintáctico
En el caso de que el niño sea más grande, Ugaz recomienda reforzar y reflexionar en forma consciente sobre la combinación de las palabras que conforman la estructura de las frases y oraciones. Esto contribuye a fortalecer la comprensión y producción del mensaje. Por ejemplo, que el niño exprese una frase u oración correcta. Además, es importante reforzarle los tiempos verbales y las pausas.
De la misma manera hay que enseñar el valor social de los turnos conversacionales en la comunicación. Enseñarle que primero habla uno y luego la otra persona, o viceversa; y que esto permitirá realizar una buena conversación, donde ambos lados se escuchan, muestran empatía y respeto. Para ello, podemos jugar a hacer chistes, canciones compartidas y análisis de cuentos o lecturas.