Actores de la Casa de Papel se despiden del mono rojo

El mameluco rojo siempre ha estado ahí, desde el primer guión. «Siempre buscamos íconos. Hay que distinguirse de alguna manera, hay que tener una identidad propia y un ADN», afirma Álex Pina, creador de La casa de papel. Se decidió rebajar el tono de los demás colores primarios y destacar el color rojo por encima de todos ellos. «Esa fue la razón por la que decidimos uniformar a todos nuestros atracadores y a los rehenes, para que el mameluco rojo se convirtiera en el gran punto visual de la serie», asegura el director, Jesús Colmenar.

A lo largo de las cinco temporadas, se han utilizado más de 600 mamelucos rojos y a diferencia de lo que pueda parecer, el vestuario de esta ficción está lejos de ser aburrido. «Es muy enriquecedor hacer el vestuario de La casa de papel porque cada personaje no tiene nada que ver con el de al lado. Ha sido un reto muy bonito vestir a todos los personajes individualmente y luego en grupo, con ese ícono que es el mameluco rojo», asegura Carlos Díez, responsable del diseño de vestuario.

2,000 minutos de ficción y dos atracos después, estamos a 7 días del estreno del volumen 1 de la quinta parte de La casa de papel. El esfuerzo de producción de esta ficción ha sido enorme. A lo largo de estos años, se ha rodado en 300 localizaciones en 7 países. Además de España, se ha rodado en Tailandia, Dinamarca, Panamá, Portugal, Italia y Reino Unido, donde se han filmado las imágenes de la cámara inundada del Banco de España.

Y si hay un color que ha convivido con el rojo, al menos por un rato, ha sido el color del dinero. Se han producido 6.000 lingotes y se han impreso un millones de billetes de 50€ para ser lanzados en las calles de Madrid. Un botín que a lo largo de 41 capítulos, habrá sido defendido por 275 armas de todo tipo, a las que hay que sumar las 150 que atesora Gandía en su arsenal privado en el Banco de España, donde en una semana, empieza el final del atraco.

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