Abbott y Real Madrid combatirán la malnutrición infantil

El crecimiento físico y cognitivo en la infancia es una de las inversiones más estratégicas que puede hacer una sociedad.

La evidencia científica es clara: una nutrición deficiente en los primeros años de vida no solo afecta la salud inmediata de los niños, sino que también puede limitar su desarrollo intelectual, su rendimiento escolar, su productividad futura y, en consecuencia, el desarrollo económico de sus comunidades.

Conscientes de esta realidad, Abbott, empresa global de salud y nutrición, se ha unido al Real Madrid Club de Fútbol y a la Fundación Real Madrid para implementar una campaña global de salud infantil que promueve la formación de hábitos saludables desde la niñez como una herramienta clave para combatir la malnutrición y potenciar el capital humano del futuro.

Desde el año 2022, esta alianza ha logrado impartir más de 67,000 horas de educación en salud y nutrición a niños y niñas que asisten a las Escuelas Socio deportivas de la Fundación Real Madrid en 12 países: Brasil, Colombia, Estados Unidos, Filipinas, Guatemala, India, Israel, Kenia, México, Perú, Reino Unido y Tanzania.

Este programa no solo busca enseñar principios básicos de alimentación equilibrada, sino también fomentar estilos de vida activos, conscientes y sostenibles, que los propios niños puedan replicar y promover en sus hogares y comunidades.

Detección temprana: una herramienta clave para salvar vidas

La educación viene acompañada de herramientas prácticas. Entre 2021 y 2025, Abbott habrá distribuido más de 220,000 cintas MUAC z-score en América Latina, un instrumento médico utilizado para medir la circunferencia media del brazo de los niños y detectar riesgos de malnutrición. Hasta la fecha, más de 35,000 entrenadores, líderes comunitarios y profesionales de la salud han sido capacitados en su uso.

Estas acciones están alineadas con el ambicioso objetivo global de Abbott de transformar la atención a la malnutrición y mejorar la vida de 3 mil millones de personas al año hacia finales de la década. La estrategia se articula desde el Centro Abbott de Soluciones para la Malnutrición, que aplica ciencia, experiencia médica y alianzas estratégicas para innovar en programas sostenibles, escalables y accesibles.

Reprogramar el cerebro: ¿cómo se forma un hábito?

Más allá de los recursos físicos y formativos, uno de los pilares del programa es enseñar a los niños cómo se forman los hábitos y cómo incorporarlos de manera efectiva en su rutina diaria. Este enfoque parte de una premisa fundamental: sí es posible programar el cerebro para generar nuevas conductas sostenibles.

Un hábito es una acción repetida con regularidad que, con el tiempo, el cerebro asocia con una sensación positiva. Este mecanismo se conoce como bucle de retroalimentación: al obtener una recompensa o emoción agradable tras una acción, la mente se condiciona a repetirla. De este modo, crear un nuevo hábito saludable requiere definir objetivos claros, repetición y un entorno que refuerce el comportamiento.

¿Cuánto tiempo toma formar un nuevo hábito?

Aunque se popularizó la llamada regla 21/90, que indica que se necesitan 21 días para formar un hábito y 90 para convertirlo en estilo de vida, la realidad es más compleja. No existe un número mágico. Sin embargo, hay técnicas efectivas para facilitar el proceso.

Una de las más promovidas por Abbott en sus programas educativos es la acumulación de hábitos, un método que aprovecha la conectividad del comportamiento humano para facilitar la incorporación de nuevas rutinas. ¿Cómo funciona?

- Toma un hábito ya establecido (por ejemplo, lavarse los dientes).
- Elige un nuevo hábito que desees incorporar (por ejemplo, tomar un suplemento nutricional).
- Empareja ambos hábitos y repítelos juntos.
- Con el tiempo, el nuevo hábito se convertirá en parte natural de tu rutina.

El éxito también depende de otros factores como la autodisciplina, la motivación intrínseca y el ambiente social. Por eso, el enfoque de Abbott no se limita al niño como individuo, sino que busca transformar el entorno completo: familias, escuelas, entrenadores, comunidades.

Impacto multigeneracional

Formar hábitos saludables desde una edad temprana tiene efectos acumulativos a lo largo de la vida. Los niños que siguen una dieta equilibrada suelen tener mayor energía, mejor concentración en la escuela y un vínculo más positivo con la actividad física. Estos beneficios, a su vez, aumentan sus posibilidades de terminar sus estudios, integrarse productivamente a la sociedad y convertirse en adultos con mayor bienestar general.

En paralelo, estos niños se transforman en modelos de comportamiento positivo para sus hogares, impulsando cambios en las dinámicas familiares y comunitarias. Así, la lucha contra la malnutrición se convierte no solo en una cuestión de salud pública, sino en una inversión estratégica para el desarrollo económico y social a largo plazo.

Abbott y el Real Madrid apuestan por una generación con mayor conciencia de su salud, mayor capacidad de aprendizaje y mayor potencial productivo.

Y lo están haciendo desde la raíz: formando hábitos, fomentando la educación y ofreciendo soluciones innovadoras que puedan replicarse en todo el mundo.

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