Todo lo que necesitas saber sobre la viruela del mono
La viruela símica es una zoonosis viral (enfermedad provocada por virus transmitido de los animales a las personas), que produce síntomas parecidos a los que se observaban en los pacientes de viruela en el pasado, aunque menos graves. Con la erradicación de la viruela en 1980 y el posterior cese de la vacunación contra la viruela, se ha convertido en el ortopoxvirus más importante. La manipulación de animales, la presencia del hombre en zonas endémicas y la pérdida de la inmunidad frente a la viruela son las hipótesis barajadas por los especialistas para explicar este nuevo brote.
Al igual que la COVID-19, existen poblaciones con mayor vulnerabilidad ante un posible contagio de este virus y que pueden desarrollar la enfermedad de una manera severa, entre ellas se encuentran las personas inmunocomprometidas, es decir, pacientes con cáncer, receptores de órganos y aquellos que estén tomando medicamentos inmunosupresores.
Sobre la transmisión, la principal fuente de contagio es a través del contacto cutáneo con una zona de piel lesionada, del tracto respiratorio o las membranas mucosas. El periodo de incubación es de 7 a 14 días, pero puede variar en un rango entre 5 a 21 días. En los casos iniciales, la infección se produce por contacto directo con la sangre, los líquidos corporales, lesiones de la piel o las mucosas de animales infectados. En África se han descrito infecciones humanas resultantes de la manipulación de monos, ratas gigantes de Gambia o ardillas infectados. Se considera que los roedores son el principal reservorio del virus. Un posible factor de riesgo es la inadecuada cocción de la carne de animales infectados.
La transmisión secundaria o de persona a persona puede producirse por contacto estrecho con secreciones infectadas de las vías respiratorias, lesiones cutáneas de una persona infectada o con objetos contaminados recientemente con los fluidos del paciente o materiales de la lesión. La transmisión se produce principalmente por gotículas respiratorias, generalmente tras prolongados contactos cara a cara con el paciente, lo que expone a los miembros de la familia de los casos activos a un mayor riesgo de infección. La infección se transmite asimismo por inoculación o a través de la placenta (viruela símica congénita).
Según el Dr. Jordán Gutiérrez, médico de MAPFRE, la viruela del mono tiene 2 periodos:
– El periodo de invasión (entre los días 0 y 5). Caracterizado por fiebre, dolores de cabeza intensos, inflamación de los ganglios linfáticos, dolor lumbar, mialgias (dolores musculares) y falta de energía.
– El periodo de erupción cutánea (entre 1 y 3 días después del inicio de la fiebre). Aparecen las distintas fases de las lesiones cutáneas que por lo general afecta primero al rostro y luego se extiende al resto del cuerpo. Las zonas más afectadas son el rostro (en el 95% de los casos), las palmas de las manos y las plantas de los pies (en el 75% de los casos). Estas lesiones pueden aparecer en diferentes grados y su cicatrización toma unos 10 días. La eliminación completa de las costras puede tardar hasta tres semanas.
– Un diagnóstico definitivo de la viruela símica solo se puede establecer mediante pruebas de laboratorio. Las muestras óptimas para el diagnóstico son las procedentes de las lesiones, pero también se pueden utilizar muestras de sangre o suero. Para interpretar los resultados de las pruebas es esencial que junto con las muestras se aporten datos sobre: a) la fecha aproximada de comienzo de la fiebre; b) la fecha de inicio de la erupción cutánea; c) la fecha de obtención de la muestra; d) el estado actual del paciente (estadio de la erupción cutánea), y e) su edad.
El médico Jordán Gutiérrez de MAPFRE comenta que no hay tratamientos ni vacunas específicas contra la infección por el virus de la viruela símica, aunque se pueden controlar los brotes. En el pasado, la vacuna antivariólica demostró una eficacia del 85% para prevenir la viruela símica. Con todo, la vacunación antivariólica previa puede contribuir a que la evolución de la enfermedad sea más leve.
La prevención es clave en estas situaciones. Por esa razón, lo más importante es reducir el riesgo de infección en las personas evitando el contacto estrecho con otros pacientes. Ante la falta de un tratamiento o vacuna específicos, la única manera de reducir los contagios es la información sobre los factores de riesgo y las medidas que se pueden adoptar para reducir la exposición al virus. Las medidas de vigilancia y la rápida detección de nuevos casos son fundamentales para contener los brotes epidémicos.
Por último, si tienes algún síntoma relacionado con esta enfermedad, recuerda mantener la calma ya que se trata de un virus cuyos efectos suelen ser leves. Con los Seguros de MAPFRE Salud tienes a tu disposición el Servicio de Orientación Médica 24H para poder consultar con un especialista cualquier duda.