Mitos y verdades sobre la lactancia materna
Muchas son las creencias existentes en torno a la lactancia materna. La mayoría de ellas son solo ideas del pasado o recomendaciones de familiares y que han sido transmitidas de generación en generación, afectando a este acto, esencial para el desarrollo y crecimiento de los bebes.
Para la Dra. Carmen Guardia, pediatra de la Clínica Jesús del Norte, las madres y sus familias deben recibir información certera sobre la lactancia: «Las mamás no deben temer dar de lactar a sus bebes. Por el contrario, tienen que aprender a disfrutar de ese momento de unión entre ellas y sus hijos, que es un hecho único», manifestó.
En el marco del Día de la Madre, la experta recordó que la lactancia materna trae consigo una serie de beneficios a los niños y, además, indicó que debe involucrar a la pareja para brindar apoyo y confort a la madre, debido a que es una responsabilidad de ambas partes.
Algunos de los mitos más frecuentes en torno a la lactancia materna son los siguientes:
– Mi leche es aguada y no alimenta a mi bebé. La leche materna contiene todos los nutrientes necesarios para el óptimo crecimiento y desarrollo del bebé, principalmente ácidos grasos esenciales para el cerebro y la visión, por lo que las mamás no deben preocuparse. Con el tiempo y en base a las necesidades de crecimiento del bebé, la leche se hará más densa y grasosa.
– Tengo que organizar y acostumbrar a mi bebé a los horarios. La lactancia materna debe darse cada vez que el bebé desee alimentarse, sin tener un horario fijo, así aumentará la producción de la leche y el pequeño quedará completamente saciado. En esos momentos es importante escuchar lo que pide el niño.
– Mi leche es mala y no le cae bien a mi bebé. La leche materna es el alimento natural por excelencia. Su composición está hecha a la medida de los requerimientos del bebé. Además, favorece una óptima digestión y absorción de nutrientes.
– Tengo los pechos pequeños. Por eso produciré poca leche y no podré dar de lactar. El tamaño de los pechos no tiene relación con la capacidad de producir leche. La cantidad depende de la succión del bebé y sus necesidades alimenticias.
– La lactancia materna solo alimenta al bebé en los primeros meses. Si bien después de los primeros seis meses, la dieta del bebé debe incluir otros alimentos (adecuados para su edad), sí se debe seguir dando de lactar. La leche protegerá al infante de enfermedades infecciosas, fortalecerá su capacidad de aprendizaje y contribuirá a su desarrollo afectivo. Los pequeños pueden lactar hasta los dos años o más.
– Tengo gripe, por eso debo cortar la lactancia. La gripe no se transmite a través de la lactancia, sino que se contagia mediante estornudos o la tos. Esta enfermedad no es un impedimento para dar de lactar; por el contrario, la leche materna le brindará al menor las mayores defensas. Si la madre tiene gripe, lo ideal es colocarse una mascarilla y lavarse las manos con agua y jabón para continuar dando de lactar.
– No debo tomar alimentos con ajo, cebolla o picante. Si bien los alimentos que ingiera la madre influirán en los cambios en el sabor de la leche, ello favorecerá a que el bebé acepte los nuevos sabores cuando se introduzca la alimentación complementaria luego de su sexto mes de nacimiento, mas no tendrán un efecto negativo en la misma.
Teniendo en cuenta las necesidades de las mamás, la Clínica Jesús del Norte pone a disposición de ellas a todos sus especialistas y cómodas instalaciones, así como la amplia gama de equipos médicos para que puedan vivir un embarazo saludable y con total seguridad.