Cinco pasos para implementar políticas antisoborno
Hablar de actos de corrupción se ha convertido en un tema habitual en las familias peruanas debido a que, en los últimos años, se han revelado diversos casos que han remecido al país y que involucraron, además de autoridades, al sector privado.
Según la Contraloría General de la República, solo en el 2020, el Perú perdió 22,059 millones de soles por corrupción e inconductas, entre las que destacaría el soborno como una las más habituales.
En ese sentido, y como parte del interés de las empresas por establecer mejores controles internos y prevenir los sobornos empresariales, las organizaciones privadas apuestan por implementar Sistemas de Gestión Antisoborno (SGA). En esa línea, Nino Boggio, gerente central de Legal, Regulatoria y Relaciones Institucionales de Entel, empresa que recientemente obtuvo el ISO 37001 acreditando que su Sistema de Prevención del delito cumple con lineamientos y estándares a nivel regional, nos comparte algunos puntos a considerar a la hora de implementar un SGA:
1. Un SGA deber ser transversal a la organización: las políticas deberían ser creadas con miras a que todas las áreas de la empresa puedan aplicarlas en cada uno de sus procesos.
2. Debe contar con una estrategia de comunicación interna: para que los lineamientos sean interiorizados por los colaboradores y colaboradoras, es importante reforzar su difusión con actividades, materiales informativos y capacitaciones continuas.
3. Es necesario un respaldo físico: es necesario dejar por escrito todas las políticas, lineamientos, ejemplos, entre otros elementos, para que los trabajadores y trabajadoras puedan recurrir a dichos materiales y así repasar y recordar la información. Es ideal optar por un manual o protocolo.
4. La implementación de un SGA debe ser iniciado y liderado por la alta dirección: un sistema de esta envergadura, transversal a todas las áreas y procesos de la empresa, debe tener un buen respaldo, por lo que la gerencia deber esta involucrada desde el día uno.
5. El objetivo final es una cultura ética organizacional: el propósito de los sistemas de prevención del delito o específicamente sistema de gestión antisoborno debe ser convertirse en el ADN de la empresa.