Técnico electrónico de SENATI triunfa en Panamá

Jhordan Lévano Loyola, alumno egresado de SENATI, cumplió su sueño de trabajar en lo que le gusta y, mejor aún, en el extranjero. Levano se desempeña, actualmente, como técnico electrónico en una empresa pesquera en Panamá.

Su inspiradora historia empezó en el 2014, cuando estaba a punto de terminar el colegio y se decidía sobre qué carrera estudiar, hasta que asistió a una charla que un instructor de SENATI ofreció en su colegio para invitar a los alumnos de 5to de secundaria a realizar una pasantía en la sede de Chincha.

Es así como comenzó a estudiar la carrera de técnico electrónico durante 3 años con el sistema de educación dual, es decir, que estudiaba y practicaba simultáneamente en los talleres de distintas empresas, como parte de sus prácticas preprofesionales.

Jhordan quería aprender más sobre su carrera y practicar con lo último de la tecnología, por ello, se inscribió en cursos nocturnos donde practicaba con equipos nuevos con los que SENATI cuenta en sus talleres, así quedó enganchado y se empezó a interesar por la automatización industrial y programación.

«Los alumnos deben aprovechar las oportunidades que les da la institución. Para algunos jóvenes es difícil concentrarse en el estudio, pero en el trabajo sí rinden muy bien y eso es algo que se debe saber aprovechar. Además, SENATI tiene las mejores herramientas y talleres muy bien equipados», menciona Jhordan Lévano.

Luego de practicar en la empresa Tecnología y Servicios Industriales Peruanos, del sector pesca, armando tableros y realizando programación PLC, ingresó a la empresa pesquera CFG Investment con sede en Tambo de Mora en Chincha. Trabajó ahí por un año y luego su ex jefe le propuso irse a Panamá. Así fue como entró a la empresa Procesadora Bayano, donde hoy trabaja como técnico electrónico en el área de producción y se encarga de la programación de variadores, da mantenimiento a equipos electrónicos, neumáticos y electroneumáticos; y ejecuta mejoras al proceso.

«Trabajar en otro país, puede ser un reto por el lenguaje, debido a que algunas herramientas y materiales tienen nombres distintos a como se les conoce en Perú y, a veces, cuando surgía algún problema, no sabía cómo preguntarles a mis compañeros sobre los instrumentos o las casetas eléctricas que necesitaba. Las primeras semanas estaba un poco perdido. Además, las personas tienen una forma distinta de comunicarse, es decir, hablan español, pero algunas cosas las dicen de otra manera», comenta.

Lleva tres años laborando en Panamá y cuenta que la mayoría de trabajadores en la parte técnica son peruanos y los operadores de cada equipo son panameños. Cada cierto tiempo llega personal peruano a darles capacitaciones a los operarios y tiene dos compañeros más que son ex senatinos, uno de la zonal Piura y otro de la sede de Chincha.

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