La importancia de implementar nuevas tecnologías en construcciones

Lima arrastra un silencio sísmico desde 1746, lo que significa que tiene mucha energía acumulada y solo se liberará con un terremoto de magnitud 8.8 en cualquier momento. Lamentablemente, no solo la capital sufriría daños de gran tamaño, sino que también están en riesgo Ancash, Ica, Arequipa, Moquegua y Tacna, según el Instituto Geofísico del Perú (IGP).

El temblor de 5.6 grados en la escala de Richter sacudió con gran intensidad la capital esta madrugada y su epicentro se ubicó a 19 kilómetros al noreste de la capital. Este fenómeno obliga a las autoridades y sociedad en general a pensar en alternativas para predecir y mitigar riesgos.

Desde el punto de vista de la ingeniería civil, Giancarlo Flores Ph.D., director de la carrera de Ingeniería Civil en UTEC, señala que es necesario diseñar, construir y gestionar los sistemas viales teniendo en cuenta aspectos de resiliencia sísmica, basadas en ciencia y tecnología.

El objetivo es implementar una estrategia de tres tiempos para tener una infraestructura resiliente, que esté preparada para minimizar el riesgo sísmico, y que se recupere rápidamente en caso de haber sufrido daños importantes. Como país proclive a sufrir daño sísmico no podemos permitirnos el lujo de no estar preparados y de reaccionar solo después de que ocurran tragedias. Debemos dejar de lado la ingeniería reactiva y ser más bien proactivos en nuestra preparación.

Esta es la adecuada preparación sísmica de tres tiempos:

– Antes de que ocurran movimientos telúricos se debe implementar tecnologías modernas. Primero, adaptar la normatividad para que las nuevas estructuras estén preparadas a soportar sismos basándose en ciencia, métodos y tecnologías modernas como la implementación de aisladores sísmicos, instalación de sistemas de detección temprana, entre otros; y dos, mejorar las estructuras existentes con adosamientos de refuerzo que mejoren el comportamiento sísmico de estructuras diseñadas bajo estándares antiguos. Todo ello basado en un análisis de riesgo sísmico para enfocarnos en las zonas o regiones con mayor potencial de daño.

– Uso de drones con inteligencia artificial luego de un terremoto. Se debe identificar rápidamente el estado de la infraestructura para enfocar recursos en las estructuras debilitadas a fin de evitar colapsos que puedan incrementar el costo humano durante las operaciones de rescate. El uso de drones con sistemas de inteligencia artificial nos permitirá una rápida clasificación de la infraestructura dañada por nivel de riesgo de colapso. Dependiendo de la gravedad de la situación, también podríamos contemplar la instalación temporal de viviendas, escuelas o centros de salud de emergencia.

– El tercer tiempo ocurre una vez que los equipos de rescate han concluido su labor. Nos debemos enfocar en la recuperación del área afectada, levantando escombros (y reciclándolos para su reúso durante la etapa de reconstrucción), habilitando estructuras que hayan sufrido daños mínimos, y demoliendo aquellas que presenten alto riesgo o cuya refacción sea demasiado costosa o que representen riesgo potencial para sus usuarios. En todos estos casos debemos buscar llevar a todas las estructuras salvables al nivel establecido por las normas sismorresistentes más actuales.

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