La importancia de la socialización en la educación
La virtualidad ha facilitado que los estudiantes tengan un dominio notable de habilidades relacionadas con las competencias digitales, gestión de información y adaptación al cambio; lo que les permite lograr más autonomía para acceder a la ciencia y la cultura. Ahora, con la esperanza del retorno a las clases presenciales, es oportuno enfatizar en la importancia del proceso de socialización, como parte de la educación de niños y adolescentes, y de la identificación de capacidades que pueden haber sido afectadas, así como las que deben ser potenciadas en esta particular vuelta a los colegios.
Para Moisés Pariahuache, profesor e investigador de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Piura, los colegios complementan la sociabilización de las niñas, niños y adolescentes porque constituyen escenarios ricos para la interrelación entre pares.
Educación y socialización
La socialización es inherente a la realidad del ser humano, todos tiene la necesidad de relacionarse de algún modo con otros. Esas relaciones tienen diferentes finalidades a lo largo de la vida. "La sociabilización resulta fundamental en el crecimiento de las personas porque permite atender necesidades en las distintas etapas del desarrollo, así, en la infancia los niños encuentran en los otros compañía y protección, en la niñez crean vínculos de amistad y en las siguientes etapas esa apertura hacia los demás evoluciona y permite aprender modos de vida virtuosos que facilitan la convivencia justa y pacífica".
En ese sentido, Moisés Pariahuache señala que, el desarrollo de habilidades interpersonales es esenciales en el crecimiento de cada persona, por eso es necesario que en las actuaciones educativas se ayude al estudiante a conocerse a sí mismo y a desarrollar habilidades que le permitan abrirse a los otros, y tras el encuentro con ellos, aprenda a darse y aceptar al otro como un ser valioso y único.
Agrega que para una adecuada interrelación son importantes el diálogo, el trato respetuoso y el compromiso. "En la niñez, es prioritario aprender a expresar las ideas y escuchar, reconocer las emociones propias y las del otro, proponer y respetar normas, saber rectificarse y pedir disculpas, aprender a compartir, etc.; mientras que, en la adolescencia, es vital forjar amistades y para que esta surja, es importante trabajar la comunicación asertiva, la empatía, la lealtad y la confianza".
El especialista de la UDEP sostiene, también, que una concepción integral de la educación no reduce la persona a un individuo, sino que lo ve como un ser coexistente, que encuentra su sentido de la vida junto a los otros; siempre necesita vivir en comunidad; de ahí se desprende la necesidad de educación cívica que enseñe a convivir en el ámbito familiar y también social.
Retos de la educación actual
Pariahuache Ahumada considera que el desafío para las escuelas, en lo referido a la socialización estará en función del grado madurativo de la población escolar, será una situación con varios matices que, con la convivencia y una adecuada mediación, se normalizará paulatinamente porque la socialización es una tendencia natural.
Sin embargo, es oportuno advertir que existirán casos en los que el profesorado tiene que intervenir con especial profesionalismo; por ejemplo: para alcanzar un equilibrio entre los protocolos sanitarios y la efusividad de las personas, guiar con prudencia a aquellos que tienen un alto temor al contagio y podrían estar viendo al compañero como un riesgo potencial, entrenar la capacidad de escucha y atención de los estudiantes, generar una cultura de cooperación y compromiso, promover el respeto por la dignidad de toda niña y niño y generar un ambiente acogedor y formativo.
Finalmente, recuerda que es posible que entornos familiares no hayan sido suficientes para afianzar las habilidades blandas que permitan relacionarse en las diferentes situaciones de la vida y si tiene sentido confiar que con en el retorno a la escuela esto mejorará.
En los entornos escolares que ya reúnen condiciones para el retorno a la presencialidad, les viene bien propiciar: un ambiente ordenado, organizar una propuesta pedagógica alcanzable y a la vez exigente y, socializar unos criterios claros de convivencia. El retorno a clases será un nuevo hito en la vida de los niños y conviene prepararse para ofrecerles una grata experiencia.