Cinco recomendaciones para prevenir la vaginitis
La vaginitis, también denominada vulvovaginitis, es una infección en la zona íntima femenina que causa picazón, ardor, flujo vaginal y escaldadura. Es común en mujeres entre 15 y 44 años. En su mayoría se da por causas infecciosas o por el desequilibrio de la flora microbiológica, es en estos casos cuando ocurre el cuadro clínico.
De acuerdo con el Dr. Manuel Vásquez de la clínica Urozen, la vaginitis bacteriana es la más frecuente y ocurre cuando hay un desbalance en la flora vaginal normal entre bacterias buenas y malas. «Este desequilibrio puede ser provocado por diversos factores como el uso de antibióticos, las duchas vaginales, utilizar dispositivos intrauterinos, mantener relaciones sexuales sin protección, entre otros».
Las primeras manifestaciones en el organismo son la presencia de pruritos, ardor y enrojecimiento en la zona genital, malestar al orinar, dolor o molestia durante el coito y un flujo vaginal blanquecino.
Estos signos advierten de una posible vaginitis y es necesario acudir al especialista para confirmar el diagnóstico. «Se estudiará el flujo, se realizará un examen pélvico y, en algunos casos, se realizarán exámenes complementarios que determinen la enfermedad», prosigue el especialista.
El Dr. Vásquez también resalta la importancia de la prevención para no padecer este tipo de infecciones, por ello brinda cinco recomendaciones para evitar la vaginitis:
1. Mantener el área genital limpia y seca. Luego de miccionar es importante limpiar la zona de adelante hacia atrás para impedir la proliferación de bacterias. No utilizar prendas húmedas y cambiar de inmediato la ropa íntima luego de realizar ejercicios o natación. Estas prendas deben ser, de preferencia, de algodón.
2. Evitar las duchas vaginales. Aunque pueden brindar una sensación de mayor higiene íntima después del ciclo menstrual o del coito, las duchas vaginales eliminan las bacterias que se encuentran en el área genital cuya función es proteger la zona contra los hongos u otras bacterias. Este desequilibrio puede provocar infecciones como la candidiasis.
3. Utilizar preservativos. Aunque la candidiasis no es considerada una enfermedad de transmisión sexual, se puede contraer a través del sexo frecuente sin protección.
4. Mantener una alimentación balanceada. El consumo excesivo de carbohidratos contribuye al crecimiento de bacterias patógenas en el tracto intestinal y urinario. Es importante incluir en la alimentación yogures probióticos, ya que contribuyen a prevenir este tipo de infecciones.
5. Evitar la automedicación. El uso de óvulos vaginales, por ejemplo, debe ser únicamente indicado por un médico especialista ya que el uso indiscriminado de estos fármacos empeora el problema a largo plazo.
«Los signos y síntomas vaginales son el reflejo del estado de la salud y el sistema inmunológico. Es importante dormir temprano, al menos 8 horas, realizar ejercicios, mantener una alimentación saludable y, en lo posible, mantener un peso acorde con la talla», añade el Dr. Vásquez.
Si bien la vaginitis es una infección común, el tratamiento oportuno evitará complicaciones mayores, como el aumento de riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual; el daño en los órganos reproductores y, en mujeres gestantes, los partos prematuros. «La prevención es clave, pero ante el primer detectado como picazón, ardor o flujo vaginal es importante acudir a un especialista a la brevedad para recibir un diagnóstico y tratamiento oportunos», destaca el especialista.