Efecto látigo: 6 medidas para minimizar su impacto

Si de problemas en la gestión logística se trata, el efecto látigo ha tomado fuerza. Se le suele atribuir ese nombre ya que basta una sola variación al principio de un proceso para provocar un impacto al final.

Lo que propicia este problema es la alta demanda por parte de los consumidores, y quienes se ven impactados finalmente son los proveedores. Si en una empresa la demanda de productos crece debido a compras y grandes encargos, para lograr satisfacer esa solicitud se debe mantener un mayor número de artículos en el inventario, causando una variación notable en el proceso de producción.

De acuerdo con un reporte desarrollado por el Observatorio Ecommerce de CAPECE, el Perú tiene 11.8 millones de compradores online y se cuadruplicó el número de empresas que ingresaron vender en el ecommerce, teniendo como mayor crecimiento con un 255% al retail ecommerce.

“Como consecuencia, la compañía necesitará que sus proveedores le proporcionen más materia prima para realizar un correcto proceso de producción, mantener un inventario adecuado y complacer el creciente volumen de pedidos”, explica Ulrich Reiser, Country Manager de STG en Perú.

Entre los factores que originan el efecto látigo en las cadenas de suministros se encuentran: la falta de comunicación entre los eslabones, ausencia de políticas de devolución gratuitas y el orden por lote.

Pese a esta situación, reducir los riesgos y consecuencias del efecto látigo es posible. Evidentemente, cada industria tiene su propio flujo de trabajo, con ubicaciones de inventario y complejidades únicas. Desde STG te mostraremos algunos de los métodos para contrarrestar su impacto:

– Aceptar y entender el efecto látigo. El primer paso es reconocer la presencia del efecto látigo. Muchas empresas no distinguen cuando existen altos niveles de inventarios de reserva a lo largo de su cadena de suministro. Por lo tanto, un análisis detallado ayudará a descubrir los excedentes inactivos. De esta manera, los administradores pueden tomar medidas correctivas y establecer normas.

– Alinear tu supply chain. Reducir la cantidad de proveedores y los niveles pueden facilitar una mejor comunicación entre los equipos, así como disminuir la oscilación que crea el efecto látigo. Para esto, el uso de la tecnología de automatización puede ayudar a vincular todos los aspectos del supply chain y consolidar los canales de comunicación.

– Mejorar la planificación del inventario. Hacerlo de forma adecuada ayuda a reconocer la demanda estacional, la demanda prospectiva, el lanzamiento de nuevos productos y la descontinuación de los antiguos. Para esto, es necesario contar con softwares y programas de gestión de almacenes.

– Intercambiar información entre gerentes. Todo problema debe ser notificado, esto aumenta la colaboración entre diferentes departamentos y perfecciona el desempeño. Además, proporcionar reuniones interdepartamentales regulares y estructuradas mejora el proceso de toma de decisiones.

– Minimizar las ventas y descuentos. Mantener un precio estable, incluso durante las fluctuaciones del mercado, disminuye el efecto látigo, ya que se fomenta un flujo regular de demanda de los clientes. No es necesario ofrecer rebajas ni descuentos todo el tiempo. Por el contrario, opta por mantener los precios sin enormes variaciones durante todo el año. De esta manera, no solo se mantiene un flujo de demanda regular, también genera fidelidad por parte del cliente.

– Evitar los descuentos por volumen. A pesar de que los descuentos son buenos, cuando son por cantidades irregulares suele aumentar innecesariamente los niveles del inventario. Esto debido a que se generan enormes ofertas para demandas que, muchas veces, no superan el número de productos en venta. Por el contrario, fomentar pedidos de acuerdo a las necesidades del cliente ayuda a mitigar el efecto látigo.

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